El Gran Ejército Pagano: I

2.1K 149 7
                                    

Sigrid observaba todo a su alrededor. Observaba las playas de Inglaterra que, en ese instante, se encontraban recibiendo la llegada de los barcos vikingos. Las tierras de Northumbria estaban listas y maduras para el saqueo.

Daven se acercó a ella.

— Vamos a seguir a pie, siguiendo ese río. Los barcos nos seguirán y plantaremos cara a Ælle en un buen terreno. Los hijos de Ragnar no han desembarcado todavía, reúne a algunas de tus escuderas y seguid el río hasta bien entrada la tierra. Ved qué nos espera.

Sigrid asintió. Ordenó a sus dos amigas que reunieran a algunas escuderas, casi doce. Las guerreras subieron poco a poco hasta llegar a un bosque que rodeaba toda la gran playa que habían elegido para desembarcar.

— Este bosque es muy tranquilo — Dijo una de las escuderas.

— Demasiado — Corroboró otra.

Sigrid alzó en puño, ordenando que pararan. Frente a ellas se oían voces y el sonido de muchos hombres. Ordenó que se desplegaran entre los árboles. En un pequeño claro había una torre de madera con varios arqueros sobre ella. Lanceros recorrían el perímetro y algunos soldados cantaban mientras asaban un jabalí.

Ysolda se acercó.

— Es como una...torre de vigilancia — Dijo — Mira, allí. Sobre aquella colina parece haber otra.

Sigrid comprobó que así era y comenzó a desarrollar un plan.

Hizo un sonido, similar al de un búho. Las flechas volaron de entre los árboles, dos dieron a un arquero sobre la torre y otra a un jinete.

Los hombres se levantaron mientras Sigrid alzaba su espada.

— ¡¡Odín!!

Las escuderas cargaron de entre los árboles, arremetiendo contra los hombres de Ælle. Eyra saltó sobre un jinete, derribándolo y clavándole un hacha en la cara. Sigrid alzó el escudo y de un tajo degolló a un soldado.

— ¡A ese arquero! — Ordenó a las escuderas.

El arquero soltó una flecha que se clavó en el pecho de una vikinga y dos flechas se incrustaron a la par en su cuerpo.

Ysolda acabó con el último de los hombres de Northumbria.

Sigrid observaba tristemente el cadáver de la vikinga fallecida. Una amarga sensación recorrió su cuerpo.

— Traedme a ese hombre.

Las escuderas acercaron a un soldado y le hicieron arrodillarse.

— Vuelve a la...villa de tu rey y dile esto: Un ejército pagano ha desembarcado en la costa y saquearemos toda Northumbria mientras él se caliente el culo en su trono ¡¡Vete!!

El hombre se levantó y salió a zancadas y luego al galope de un caballo.

— ¿Seguro que quieres dejarle ir? — Preguntó Eyra.

Sigrid asintió.

— Así a lo mejor Ælle se decide a abandonar la seguridad de su villa y plantar cara en campo abierto.

— ¿Será tan espíritu?

— Pensará que su dios está con él — Dijo Sigrid — Igual que estuvo con estos hombres. Quemadlos y nos llevamos a Muiri. Merece estar con los dioses.

Se llevaron a la muchacha y volvieron a la playa.

El Gran Ejército ya había desembarcado y estaba montando un campamento en el bosque. Sigrid caminó hasta encontrarse con Olaf y su hermano.

La Edda de Ivar el DeshuesadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora