Los lideres de las facciones biblicas y nordica entre otras facciones se habia sacrificado para poder sellar a la bestia del apocalipsis trihexa , causando una gran perdia a todos , pero alguien decide cambiar de lugar con ellos , el era hyoudou iss...
El mundo estaba sumido en caos, no... Era todo un planeta, como millones de vidas se estaban perdiendo en sólo minutos como si no fueran el gran valor.
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Como ejércitos enteros asesinaban a sangre fría a personas inocentes libres del pecado, mujeres y niños los cuales no tenían culpa de nada esperando el cruel destino que les deparaba.
Nadie superior no hacia nada, no había alguíen con el valor para poder desafiar a las legiones y naves las cuáles estaban en el espació como si miles de estrellas estuvieran presentes.
Absolutamente nadie, ni los Dioses o guerreros de la justicia no intervenían en tal crueldad hacia toda una civilización.
El responsable de todo ello era alguíen de absoluta frialdad, el cuál veía toda la función y masacre con mucha diversión.
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Todo era tranquilidad para dicho individuo el cuál no se procuraba de nada en lo absoluto.
Todo prácticamente estaba perdido, la vida como se conocía en el planeta desconocido, ya nadie podría salvarlos, esperaban el momento en que sus vidas ya acaben de una vez, rogando que sea una muerte rápida e indolora.
Todo ya era evidente, nadie vendría, los Dioses y guerreros que cuidaban el universo de los males no estaban presentes o hacían caso omiso antes los gritos de desesperación de millones de cosas perdiéndose.
El líder de todos ya se regocijaba en su nueva conquista, estaba feliz al saber que nadie vendría a detener sus planes, especialmente un chico de cabellera blanca o un pelinegro que eran entrometidos.
Algo llamó su atención, abrió los ojos en una gran sorpresa al ver como sus soldados en la sala estaban empezando a aterrarse, un poder estaba siendo medido, antes de preguntar que pasaba exactamente, pudo notar como un proyectil salía a una velocidad incalculable a las naves.
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