Donde Min YoonGi está harto del régimen de los alfas que limitan su conocimiento, y Kim SeokJin es un alfa practicante de matemáticas en la universidad para omegas.
•Contenido homosexual.
•Omegaverse AU.
•Portada hecha por la talentosa: @Krawen
•Men...
—¿Qué sucede, Hobi? —Inquiere SeokJin calzándose el zapato restante—. ¿Quieres más gaseosa de limón?
—No es eso —Estira el labio inferior para mostrarle un puchero—. Sólo que lo voy a extrañar. Muuuucho. Mang también lo hará.
El pecho del mayor se comprime a fuerza bruta. Gira un poco la cabeza para obtener un vistazo aquellos ojos brillantes del niño de siete años, quien apresa al peluche de caballito en su brazo derecho. La imagen de su pequeño hermano creyendo que podría abandonarlo, le hiere más de lo que su orgullo le permitiría admitir en voz alta.
—Es trabajo temporal, chiquitín —Le revuelve el cabello, robándole a HoSeok una infantil risa capaz de contagiarle la alegría—. Además, te recogeré todas las tardes. Como lo he hecho siempre.
—Pero es mucho tiempo... Y yo sólo confío en Jinnie Hyung.
Por fin consigue meter el pie en el zapato del demonio. Entonces se reincorpora, abre la puerta, y atrapa la manito del desanimado infante. Luego de asegurar la entrada de su apartamento, inicia una corta caminata por el pasillo del modesto edificio.
—¿Ah sí? ¿No confías en JiMin?
—¿Jiminnie Hyung? —Arruga las cejas—. Él es genial cuando invita a Kookie a jugar. Kookie me agrada. ¡Tiene dientecitos de conejo y su voz es bonita!
—Sí, cosita —Esboza una leve sonrisa—. Sé eso. Ya JiMin me avisó que él también irá hoy.
—¿De verdad? —Las pupilas del niño regresan a expedir ese brillo particular.
—¿Alguna vez Hyung te ha mentido? —Formula la pregunta mientras bajan las escaleras.
—No, porque mi Hyung es el mejor del mundo.
SeokJin sabe que nada puede salir mal si es capaz de escuchar esa tierna voz proporcionándole buenas vibras.
—Sí, lo soy —Asevera. Frena la caminata, y se inclina, presionando un par de segundos los labios en la frente del menor—. ¿Quién es el niño más bonito del mundo, y que Hyung ama más que a nadie?
—¡Hobi!
—Así es, bebé —Continúan, ahora bajando las escaleras—. Vámonos a enfrentar el día.
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Frente a las puertas de la oficina del decano, la sonrisa de Kim SeokJin se vislumbra repleta de emoción e ilusiones contenidas. Lo único que puede rondar por su mente es lo afortunado que es de conseguir un puesto temporal gracias a sus increíbles clasificaciones. ¡Será practicante en el área de matemáticas!
Ignorando los olores dulzones que se cuelan por sus fosas nasales, ingresa a la pequeña sala, donde un joven aparentemente beta yace tras un escritorio. El chico de mandíbula afilada y grades globos oculares se sorprende un poco al ver una cara desconocida, pero es cuestión de segundos para que esboce una cordial sonrisa, e inicie la búsqueda de algo que SeokJin desconoce.
