13. Sentimientos difusos

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Algo diferente aborda el pecho de YoonGi al tomar el taxi que los lleva rumbo a casa de JiMin desde el aeropuerto de Daegu. Los días emociones revueltas en la isla de Jeju, en buena hora, han llegado a su fin.

SeokJin va en el asiento delantero, sumido en un libro que está leyendo en su celular, y NamJoon, a cierta distancia de su mejor amigo, prefiere reposar la cabeza en la ventana para darse la oportunidad de perderse en los ríos desenfrenados de la mente. De fondo, una canción de Day6 entrega serenidad al ambiente para los que fuesen capaces de vislumbrar la escena desde fuera, claro, según a quien le preguntes. Uno de los protagonistas de la escena, en específico, el más pálido, puede jurar que la vida aprovecha para burlarse de él en su cara. O sea, ¡ni siquiera escucha ese tipo de música! ¿Por qué súbitamente esa letra viene a joderle paciencia, en este momento tan difuso?

Después de decir esto no estoy seguro de que podamos mirarnos el uno al otro, sonriendo —Tararea el alfa—. No sé si podemos regresar a lo que éramos. Pero aún tengo que decir esto. Yo...

Me gustas —Es vergonzoso admitir que EunJae le contagió ciertos trazos de esa canción—. He intentado mantenerlo oculto, pero ya no puedo hacer esto más...

—Agradezcamos que no eres cantante, ¿verdad, YoonGi? —Sus labios se estiran en una sonrisa burlona—. Los pájaros estarían ansiosos por enseñarte un poco de afinación al escucharte.

—¿Siempre has sido tan presumido y criticón? Ah, sinceramente —Chasquea la lengua—. Ni que tú cantaras tan bien, alfa de cuarta.

En realidad, canta tan bonito que su pecho duele con cada nota volando de sus cuerdas vocales.

Pese a los enormes esfuerzos por ignorarlo, cae en el hipnotismo a causa de esa linda voz suave, la cual continúa vibrando durante los versos restantes. Arrastra las manos por su pantalón una y otra vez mientras la canción no detiene su curso, y, joder. Le resulta bastante complicado devolverle la sonrisa a SeokJin sin sentir que delatará todo lo guardado para sí mismo. Incluso podría ser expuesto si se deja llevar de esa forma.

Porque, desde luego, sólo soy su amigo, y no quiero arruinar el lazo que hemos formado por sentimientos unilaterales.

La noche anterior fue de fiesta por la última velada en Jeju. Sin embargo, las cuatro paredes de su habitación lo rodearon toda la jornada nocturna mientras se perdía en el sendero de su confusa mente. ¿Por qué era tan difícil de asimilar? Aún cuando sus dos compañeros de cuarto regresaron del descontrol, no logró conciliar el sueño.

No puede creerlo; cayó en las redes del jodido cupido asqueroso.

Repasó minuciosamente qué hechos podrían haberlo envuelto en toda esta maraña de sentimientos encontrados. Porque debe ser una confusión, ¿no? O su lobo necesitado de afecto. Quién sabe.

Entonces, aunque es duro de aceptar, llegó a una conclusión, cuando su cabeza yacía recostada contra la almohada: cada uno de los recuerdos armados con SeokJin lo estaban hundiendo, cautelosamente, en el anhelo de obtener algo más de él. Pasó de desear aprender de él, a querer compartir momentos a su lado. De buscar un apoyo, a rogarle a la vida que ese chico lo consuele entre sus brazos. De ansiar ser su amigo... a... mierda. No, no, no. ¿Por qué es hasta vergonzoso pensarlo?

Sólo hasta ahora es capaz de reconocerlo. Y, ahora, no hay vuelta atrás... ¿o sí?

—Ah, este imbécil. Hijo de pu... —Antes de darse cuenta, el insulto escapa de sus labios.

—¿Mmmm? ¿Dijiste algo?

—S-solo estaba pensando en voz alta, Hyung —Chasquea la lengua—. Todo bien aquí atrás.

Compass Youth|JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora