4. Cúmulo.

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Tiempo atrás, las manos de SeokJin temblaban a causa del llanto prominente emitido por su hermano menor de poco más de un año de edad.

Los sollozos de HoSeok golpearon sin cesar cada una de las paredes, mientras que el joven alfa sentía que entraría en pánico, además de sucumbir en la desesperación. Su lobo, más asustado que él, no dio señales de querer cooperar. Es más, demostraba sentirse humillado en cierta forma, pero SeokJin obligó a su lado racional a auxiliarle. Si se dejaba dominar por las sensaciones negativas, el bebé seguiría reclamando atención a su problema por largo rato.

—Ho-Hobi —Relamió sus labios, luego tragó saliva. Los gritos le taladraban los oídos—. V-vamos a cambiarte el pañal.

Hizo memoria para ser capaz de hallar todo lo que necesitaría en su misión. Era la primera vez que debía hacerlo desde que se marchó de casa de su tía, a pesar de las insistencias de ella, asegurándole varias veces que podría quedarse cuanto quisiera.

SeokJin se negó a permanecer ahí. ¿Cómo abusar de la hospitalidad de ella y su esposo omega? Si bien ese fue su argumento, parte de su lado lobuno exigía el liderazgo que al ser alfa le correspondía representar. Un alfa existía para cuidar de los suyos, y en ese instante, obedeció al lobo dentro de él.

Primer día. Despreció con ahínco el orgullo colmando gran parte de sí mismo; en aquel momento estaba solo. ¿Arrepentido? Claro que sí. No obstante, nada más le quedaba seguir las indicaciones que sus tíos Park le otorgaron durante su estadía. ¿Había otra opción?

El alfa liberó el aire de sus pulmones tras terminar de abrochar el pañal perteneciente a HoSeok. Incluso deslizó la muñeca sobre su frente, limpiando rastros de sudor esparcidos ahí a consecuencia de su reciente desesperación.

—Ah, pequeño diablillo —Un par de lágrimas le recorrieron las mejillas—. Me vas a matar un día de estos...

Llegó el momento de satisfacción consigo mismo en cuanto el infante le miró a través de sus rojizos ojos mientras se chupaba una mano. Por fin se había calmado, y sólo tendría que esperar la noche para darle de beber y llevarlo a dormir.

Luego de acomodar el desastre y botar el pañal usado, alzó y meció a su hermanito contra su pecho. Todavía el pequeño HoSeok se desesperaba al percibir feromonas de alfa en lugar de las "maternales" que solían desprender los omegas, aunque cuando su débil olfato reconocía el olor a menta y hierba buena, disminuía su necesidad de ser abrazado por su padre omega. Reconocía la esencia de su hermano mayor sin mucho drama.

—Somos tú y yo contra el mundo, Hobi —SeokJin se echó en la cama matrimonial de sus padres, manteniendo al consentido menor entre sus brazos—. Deberías estar caminando ya, pequeño travieso. Te aprovechas mucho de mí...

HoSeok balbuceó palabras ininteligibles, robándole una pequeña risa al alfa que lo miraba fijamente. O, bien...

—Ji-Jin —HoSeok balbuceó. El pecho del aludido comenzó a apretar—. Apu... Jin.. Jin...

Su lobo rasguñaba desde sus adentros. Le estaba rogando no demostrar debilidad en absoluto, no obstante, aquellos lindos globos oculares se colmaron de lágrimas, y viajaron por su piel en tortuosa travesía. Intentó hablar de nuevo, mas su ahogada garganta se lo impidió.

La manita de HoSeok tomó la nariz de SeokJin, y tiró de ella. El mayor frunció el ceño.

—Eso no se hace, Hobi.

—Hobi Hobi —Volvió a atraparle las fosas nasales, e intentó llamarlo otra vez—: J-Jin.

—Ah, cachorro —Sollozó, en tanto su lobo aullaba con el orgullo herido—. Te amo.

Compass Youth|JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora