24.

1.6K 196 590
                                    


La última vez que SeokJin recuerda haberse sentirse atraído por alguien, iba en la secundaria. Le gustaba ver a este chico omega luego de terminar sus clases de matemáticas, saludarle en los pasillos y, por alguna razón que desconocía, acercarse a él porque su aroma le parecía reconfortante. Sin embargo, cualquier sentimiento quedó encerrado en la barrera de su mente y corazón. Nada más allá floreció en ese entonces. Él se había acostumbrado a robar unos cuántos besos luego de salir de biología por simple experimentación y a escuchar a sus compañeros coquetear de maneras un poco... Embarazosas.

Quizá por eso sus comentarios hacia YoonGi son poco refinados.

No tiene una gran lista de labios probados, en realidad. Su lápiz de grafito no tuvo la suficiente punta para escribir más de uno o dos nombres —Metafóricamente hablando—. En la actualidad, a su edad, varios de sus ex compañeros ya están enlazados, casados, con cachorros, o trabajos estables. Él, en cambio, prefirió dedicar aquellos años de su vida a HoSeok; su única y vital propiedad. También, trabajó en varios sitios hasta que sus buenas notas le permitieron una vida menos agitada debido a una jugosa beca de estudios. Su salud física le agradece un poco eso.

Ha ido a su propio ritmo. Los pasos del resto no desvalorizan su recorrido. ¿Las huellas por delante? No pueden importar menos. Pisará por su cuenta y seguirá creando huellas autónomas. La caminata por el sendero llamado vida no desaparecerá simplemente por los años pesando en su espalda. El cuerpo quizá se deteriore, pero el alma viva perdura y otorga fortaleza.

—Hyung, ¿realmente conseguiré algún empleo? —Un suspiro abandona los labios de YoonGi—. Estoy harto de caminar tanto. La incertidumbre me está matando.

—Podemos movernos a la parada de buses e irnos a casa de JiMin a buscar a HoSeok. Luego vamos a casa y revisamos más anuncios por internet —Sugiere—. Tenemos tiempo, limoncito. No te apresures, ¿sí? La desesperación no va a darte el trabajo.

—Huh. Pero no puedo estar dependiendo de NamJoon o de ti. Necesito esto. No es cuestión de simple paciencia. Estoy realmente angustiado —Relame sus labios—. Habría sido más fácil si no tuviera un currículum tan... vacio.

—Quizá les intereses a la academia de basquet, eh. Un asistente de entrenador amateur no es poca cosa —Ambos empiezan a caminar—. Tengo que ver algún video tuyo jugando. Por esas referencias que traías, y tu impecable estilo para encestar todo, definitivamente debes ser bastante bueno.

—Eh... Sí. Quizá haya un par de esos en youtube. Prometo mostrarte unos cuántos.

Por poco YoonGi sucumbe a su tic nervioso de ir y rascar tras su oreja, pero... No tiene la posibilidad de hacerlo. En cuanto puede reposar su cuerpo en un asiento mientras espera del próximo transporte público, sus ojos descienden al pequeño tumulto de flores que SeokJin le trajo hoy. "Las hortensias vinotinto no tienen una significación especial. Más allá del color, es quien las recibe el encargado de otorgárle la connotación de fortaleza, pasión, e inacabable energía. Eres todas esas cosas, YoonGi. Quiero que lo recuerdes siempre" Le dijo más temprano.

Está perdido. Kim SeokJin no va a soltarlo nunca.

Pasea la mirada hasta su mano siendo mimada por el pulgar de SeokJin mientras el resto de sus dedos se enredan mutuamente. Es imposible retener la sonrisa suave que se dibuja en su rostro. SeokJin no dejó ir su mano en toda la tarde. El pulso de su corazón va con calma, y dicha. No hay ningún apuro. Todo es... tranquilidad plena.

No se percata de tal detalle, pero SeokJin sigue cada uno de sus movimientos de forma cautelosa. El alfa también sonríe, incapaz de pensar en alguna broma que logre hacer enojar al ex pelimenta. Pero... quizá tantear terreno sea la mejor opción.

Compass Youth|JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora