Compass Youth|Jinsu

25. Definir

SeokJin apenas tiene tiempo de respirar un momento. Quizá, hasta ahora, subestimó todo lo que escondía el omega para sí mismo. YoonGi se enfrasca tanto en su tarea que es capaz de robarle hasta el más mínimo remanente de aire en sus pulmones. Durante los últimos cinco minutos, siquiera ha logrado recordar en qué lugar ambos se encuentran. En realidad, acaba de descubrir que no tiene el más mínimo interés en saber lo que acontece en el mundo exterior. No mientras aquellos pequeños labios ajenos puedan transportarlo a infinitas galaxias repletas de mundos nuevos. Inconscientemente estaba esperando que esto pasase entre él y YoonGi tarde o temprano.

Por el carajo. Lo retrasó demasiado. Podría haber sido más temprano.

—Siento ser quien interrumpa... —A primera instancia, ninguno presta atención a las palabras de HyeJin—. Pero toda la universidad los tiene como el show principal justo ahora. ¿Qué tal si dejan de alimentarse frente a los pobres?

—Já. Quién diría que YoonGi Hyung podría ser así de pegajoso —EunJae sonríe de medio lado, viendo cómo el omega amplia sus ojos y, al mismo tiempo que SeokJin da un paso atrás, YoonGi empuja al mayor por el pecho—. O quizá, sí. Pero no lo tomaba por alguien exhibicionista. ¿Les va a ambos las demostraciones públicas de afecto?

—¡Por la diosa luna! Estaba a punto de pensar que su relación seguía siendo la misma. Gracias por probar lo contrario —WheeIn alza su celular—. ¿Puedo tomarles una foto tragándose el alma del otro?

—¡N-no! —YoonGi hace el inútil intento de ocultar con las manos su rostro enrojecido—. ¡Ahg! ¿Por qué tuvieron que acercarse justo ahora? —Su voz suena distorsionada.

—Realmente él es tierno —Señala KyungDo—. ¡Está todo bien, Hyung! No deberías sentirte tímido. ¡Es normal entre parejas!

Para este punto, SeokJin no ha abierto la boca. Todos ahí, YoonGi incluido, esperan que suelte algunos de sus esporádicos comentarios, o, simplemente, un desvío del tema. Sólo que, lejana a cualquier hipótesis, casi con temor, el alfa lleva la mano a la cintura de YoonGi para volverlo a tener cerca. No se siente con la valentía de apartar los ojos del suelo o formular cualquier frase que lo excuse de sus orejas encendidas al rojo vivo. Sí, estos dos son un desastre.

—¿Qué estamos viendo ahora? ¿El drama del sábado a las ocho? —SeJin suelta una leve risita—. Relájense. Ya la mayoría apartó los ojos de ustedes. ¡No hay más fisgones merodeando aparte de nosotros sus queridos amigos!

—Los voy a matar —YoonGi sigue sonando obstruido por culpa de sus manos—. No sabrán de ustedes en ninguna instancia aparte de esta. No podrán salir ilesos, idiotas. ¡No lo harán!

Y los chicos simplemente ríen. ¿Cómo no hacerlo? Ese es el Min YoonGi que conocen y del que los individuos alfas, betas, y omegas siempre alardean. No hay paredes en cualquier pasillo de las dos universidades que no hayan escuchado el nombre de tan desafiante y perspicaz omega.

—La escena televisiva me dio hambre —WheeIn acaricia su panza, mientras pucherea—. ¿Les va algunas bolitas de pulpo?

—¡Claro! —KyungDo y EunJae exclaman al unísono. El último, en un vago intento de evadirle, finge que el otro no dijo nada, y prosigue—: Conozco un buen lugar. Podemos tomar el transporte de siempre. Queda cerca.

—Bien, estoy dentro —La otra chica asevera.

—Ah, en realidad... —Después de que el gato le devolviera la lengua, SeokJin por fin balbucea algo—. YoonGi y yo cenaremos... Cenaremos con mi familia esta noche. Sí. Lo siento.

¿Por qué todo suena tan vergonzoso ahora?

—Oh, ¿ustedes dos? —SeJin eleva ambas cejas.