Compass Youth|Jinsu

26. Soledad

Luego de caminar unos cuántos escalones, la sala principal del modesto apartamento de Kim SeokJin les da la bienvenida a este trío que lo habita. Una vez todos se despojan de sus zapatos, el pequeño HoSeok, aún repleto con cargas de energía, corre rumbo a su habitación para buscar un peluche que prometió mostrarle a YoonGi más temprano. Su hermano mayor sólo cierra la puerta tras él, mientras observa cómo el omega se acaricia el antebrazo, sumergido en el turbulento mar de sus pensamientos.

Acaban en una guerra de miradas silenciosas. Después de tal bombardeo en casa de los Park, yacen emocionalmente agotados. Es simplemente complicado enfrentar lo reciente como si no se hubiesen reprimido emocionalmente durante años. Los dos. El prejuicio dejó a uno resguardado tras la protección de un escudo donde pudiese cuidar de sus emociones y las posibles decepciones. Mientras, el otro, temeroso de echar a perder la poca estabilidad que había logrado construir, se alejó de todo aquello que no fuese "productivo" o relacionado con su hermano menor.

El punto común de esta carretera para ambos chicos, se trata del miedo. Pero... ¿no es todo el mundo víctima de aquel desalmado oponente?

Ahora, el panorama dista de cualquier cosa que vivieron en un pasado. Ambos son adultos, y traspasaron un sinnúmero de barreras para llegar a donde están. Una partida  tranquila que no dejaba de complicarse con cada paso que daban por la travesía. Llegar a la estabilidad y camino plano es, en realidad, una vía calmada —A pesar de los baches dispersos entre sus pies—. Porque la vida consta de más que el amor pasional, princesas, cuentos de hadas, o felices para siempre; y ambos son conscientes de eso. Por eso es necesario cerrar ciertas heridas antes de avanzar a la meta que desean. 

—¿Crees que es el momento indicado, YoonGi? —Murmura, antes de moverse hasta el sofá, y reposar ahí—. No sé si... No sé si yo pueda...

—Necesita escucharlo de ti, Hyung —Devuelve del mismo modo, dejándose caer justo a un lado—. Hablamos sobre esto en la tarde, ¿recuerdas? No importa qué palabras reciba de mi parte, de JiMin, tus tíos, o cualquier otra persona. Eres la persona más importante en su vida. Lo que tú digas o dejes de decirle tiene el mayor valor en su mundo. Y, aunque así no lo fuera, ¿no es algo que necesitas enfrentar tarde o temprano por tu propio bienestar?

>>—Si te sientes presionado, prometo estar aquí. También, si las palabras escasean, yo las buscaré para ti, ¿sí? Pero es necesario. No soy psicólogo, sólo alguien que conoce mucho sobre la mente de los cachorros, justamente, gracias a tus libros, por JungKook, y debido a ti —Apoya una mano en el hombro ajeno, y da un apretón—. Mientras más esperes para comentarle la verdad... el trauma será peor para él. Sé que jamás te gustaría causarle daño adrede a HoSeok, pero hablamos de un niño fuerte e inteligente, ¿sabes? No puedes mantenerlo en una burbuja siempre. Lo hará más vulnerable, y en algún momento no estarás tras él para evitar que explote.

Tras aquella última frase, el pecho de SeokJin se comprime inevitablemente. Hasta ahora, en su mente, sólo ha podido ver la imagen de su hermanito cuando era un diminuto bebé. En la mayoría de sus recuerdos puede verse a sí mismo sostenerlo, pasar noches en vela para cuidarlo de las pesadillas, limitándose a pedir ayuda a sus tíos con la intención de no dejarlo con desconocidos... HoSeok es el tesoro más valioso de su vida, y no entiende que, como corresponde, él se escapará de sus manos tarde o temprano.

Y, además, no podrá resguardarlo toda la vida.

También es doloroso verlo crecer y saber que en algún momento se irá de sus alas, ¿verdad? El ciclo de la vida presentándose en su mejor traje para abofetearlo justo en la mejilla moreteada. Su lobo, un poco desanimado dentro de él, aúlla con todo su furor, y también toma todo lo que está a sus patas para empujarlo hacia lo correcto.