Compass Youth|Jinsu

7. Realidad

SeokJin pocas veces recuerda los momentos en que estuvo nervioso.

Desde niño siempre fue el centro de atención. Muchos habían alegado que se convertiría en un hermoso omega, cuyo rostro de príncipe embelesaría a cualquier alfa que lo mirase. Cada vez que un amigo de sus padres fue capaz de escucharlo hablar, esbozaban largas sonrisas antes de dirigirse al padre del pequeño, manifestando su fascinación por aquella aterciopelada y delicada voz.

Los rumores se esparcieron con rapidez por el vecindario cuando el único hijo de la familia Kim, años después, se presentó como alfa. SeokJin conoció desde niño ser el centro de las conversaciones, así que, lidiar con más de ello durante la pre-adolescencia, no le resultó gran problema. Vivir como el alfa sorpresa jamás fue impedimento para algo. Al menos no hasta que nació HoSeok.

Con la llegada del castaño de ojos pequeños, aquel castillo que se había construido mentalmente, comenzó a derrumbarse poco a poco, porque, pasó de ser la única luz de los ojos de sus padres, a "el hijo mayor". No estaba seguro de cómo sentirse con ello. ¿Había dejado de ser el príncipe SeokJin? ¿Pasó a ser un simple plebeyo?

HoSeok le permitió madurar y notar que el centro del mundo no es sólo él. Pero bien, tuvo que atravesar diversas discusiones con sus padres, vivir emociones negativas respecto a su hermano menor, e incluso leer media docena de libros para dejar de lado su ego e innegable inseguridad respecto a sí mismo. Aún cree estar aprendiendo.

Aunque, en realidad, el fallecimiento de sus padres fue el verdadero acontecimiento que dio fin con la parte superficial de su vida. Pensar en ser el responsable de tener que cuidar a su hermano menor, llevando la carga de una carrera universitaria que abandonó por necesidad de trabajo, siendo inexperto, además también dueño del desgastante miedo... Cada factor lo sumió en un estado de nervios difícil de soportar.

Su padre no estaría ahí una vez más para reprenderle cuando olvidara hablarle de sus problemas, ni tampoco su madre lo sostendría en brazos en los momentos donde los prejuicios del mundo respecto a la imagen de un alfa lo derrumbaran al abismo. Pateó lejos sus ambiciones, y, entre ellas, sus emociones abrumadoras. De joven, a adulto en un salpicón.

Por eso es incapaz de entender por qué le intimida la mirada de decenas de omegas universitarios mientras permanece de pie. Nunca le había pasado eso de asustarse de hablar en público, mucho menos el miedo de errar con sus palabras. ¿Tiene que ver con que la práctica en las aulas de su universidad, no igualará el plantarse en un salón de clases real?

Debería estar emocionado. Sin embargo, el sentimiento actual es similar al que percibió cuando recibió a HoSeok en brazos por primera vez. ¿¡No había estado acostumbrado siempre a la atención, por la diosa luna!?

—Es claro que el profesor Oh SangChan no nos acompañará hoy —Acomoda sus lentes en el puente de la nariz, y se mueve hasta el pizarrón—. Mi metodología es un poco... distinta. A medida que la clase avance, me recuerdan sus nombres, por favor.

—No es como si le importara —Escucha murmurar a uno de los chicos más altos: EunJae. Hay trabajo realmente duro, al parecer.

—Tú —Luego de escribir "Desarrollo" en la superficie blanca acrílica, apunta a una de las omegas sentadas a los costados—. Empezaremos por ti. Identifícate, por favor.

—Jung Wheein —Consigue murmurar apenas—. Tengo veintidós años.

—¿Jung? —Relame sus labios para contener una sonrisa. Así se apellidaba su padre de soltero—. Hablaremos del desarrollo en aumento. Dime, ¿concuerdas con la imagen del omega impartida aquí en clase?

—Eh, ¿sí? —Aclara su garganta—. Es para lo que nos hemos formado estos años —Suena un poco más firme.

—Lo que expresa en voz alta no va acorde a su lenguaje corporal, señorita Wheein —Se desplaza con parsimonia hasta ella—. ¿Tiene algún sueño?