23. Fiesta

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—Entonces... Nosotros nos quedaremos con los niños toda la tarde y, quizá, la noche, para que vayas de fiesta con SeokJin —BoYoung reitera, bebiendo de su vaso de jugo.

—Mamá, literalmente en eso habíamos quedado ayer. Por eso papá saldrá antes del trabajo —JiMin respira profundo, poniéndose encima su chaqueta de jean—. ¿Por qué preguntas lo mismo una y otra vez?

—Desde antes de que naciera HoSeok que mi sobrinito no iba a relajarse con sus amigos en una fiesta, ¡permíteme estar sorprendida! —Ella arruga la frente—. Mocoso irrespetuoso.

—Ya, está bien —SeokJin lleva la mano a su nuca—. No es para tanto. Es una reunión justo aquí al lado. Sólo iremos unos pocos.

—¿Y te vestiste así de guapo para unos pocos? Vas con todas, cariño. ¿YoonGi los acompañará? Me extraña no verlo aquí. ¿No vivían juntos? —Eleva ambas cejas. Su sonrisa es sugestiva—. Lo matarás con esa chaqueta de cuero. Luces como todo un bad boy.

—Un bad boy que acaba de sonrojarse —Se burla el beta—. Todo un alfita malo.

—Ah, cállate —SeokJin chasquea la lengua—. ¿No tienes un postre que traer?

—Anda, JiMinie. Quiere zafarse del tema pero no sabe cómo. Déjalo libre —La alfa suelta una risita, y vuelve a tomar de su jugo.

SeokJin muerde su lengua antes de decir cualquier cosa que lo comprometa. Ese lado bromista y acechador de JiMin definitivamente viene de su madre; una alfa bastante juguetona. Esa mujer disfrutará de mimarte e incomodarte en la misma medida. Es como una joven más en el cuerpo de alguien mayor de cuarenta años. Y, bien... Su tío es igual, aunque más discreto. No hay escapatoria en esta casa.

Como sea. Aprovecha el espejo de la sala para darse un último vistazo a sí mismo. El resultado, por suerte, es agradable a sus ojos. Quizá debería descubrirse la frente más seguido; le gusta notarse así. ¿Qué opinaría YoonGi de eso? Pocas veces le mencionó que se veía guapo, ¿cierto? ¿Alguna vez se lo dijo?

—¿Por qué TaeHyung tampoco pasó por aquí? —BoYoung murmura para sí misma—. Estos niños están creciendo bastante y nos abandonan.

—¡He vuelto! —JiMin sostiene en su mano derecha el recipiente con tapa que guarda el enorme pastel preparado por él—. ¡Ya puedes dejar de verte en el espejo, Blancanieves! Luces bastante bien. ¿Qué tal si nos vamos?

—Hoy andas de mucho humor, al parecer —SeokJin rueda los ojos—. En la mochila llevo snacks de nuestra parte. Oh. Y sobre la mesa de la cocina dejé una bolsa de gomitas para los niños.

—Está bien. Se las daré dentro de un rato —La adulta agita la mano—. ¡Diviértanse! Les guardaré pastillas para la resaca.

—Como si JiMin las necesitara —SeokJin aprovecha para molestarlo—. Primero hay paz mundial antes de que este chico se emborrache.

—Eh, que mi hígado sea de acero no debería darte tanta envidia, querido Hyung —Se suelta a reír—. ¡Te llamaré en caso de que sea necesario! Adiós, mamá.

—Adiós, tía BoYoung —Ambos jóvenes se reverencian.

—¡Cuídense mucho, mis angelitos! Vengan a desayunar mañana aquí con YoonGi, NamJoon, y TaeHyung, ¿de acuerdo?

—¡Está bien! —Vocifera JiMin, antes de cerrar la puerta a sus espaldas. Luego, al girar la cabeza, ve a SeokJin recoger algo del suelo—. ¿Era necesario dejar el pequeño ramo de flores aquí afuera cuando llegaste, SeokJin Hyung? Es de mi familia de la que hablamos. Ya hasta los niños piensan que ustedes dos se van a casar.

Compass Youth|JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora