Compass Youth|Jinsu

3. Extrañeza

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Y otra vez pasa.

YoonGi no deja de contar las veces en las que los inútiles de sus compañeros lo hacen quedar como un idiota. Y EunJae aunque está enojado, no sabe expresarse para nada. Pero, ¿nadie puede ponerse en su lugar, por una vez en la vida? Es más, ¿no ven que todos son los afectados?

Lo peor: NamJoon justo se ausentó. Aunque el chico de cabellos mentolados se cree autosuficiente, la presencia de su amigo siempre va a ser un pilar de importancia. Y cada vez que está solo, se percata de ello.

Esa tarde sale hecho una furia del aula de clases, sin importarle un carajo que su estado de ánimo influya en su aroma. Esos desgraciados pretenden aceptar las migajas de educación que les dan, celebrando como si eso fuera lo más que alcanzarán alguna vez en sus vidas. Inaudito e inaceptable. ¿Y el jodido deseo de superación?

¡Sólo leímos unos trozos de los Tres Mosqueteros! ¡Aquellos temas son de secundaria! Robots fabrica-cachorros los están haciendo. Los profesores y omegas de la universidad no quieren que aprendan, porque la ignorancia es la mejor arma para manejarlos a su antojo. ¡Ah, de no ser porque NamJoon es un tragalibros, él no habría aprendido absolutamente nada!

Es obligado a asistir a la asquerosa institución por culpa de su estúpido padre alfa. No es justo. Y, cuando cree que su día no puede ser más desastroso, se le suma alguien más: Oh SangChan. Joder, ¡hoy no ve matemáticas! ¿Por qué debe verle la insufrible cara a ese ser aún hoy?

—Es interesante encontrar al señor Min fuera de clases. Por lo que veo, fue echado... de nuevo. Por un segundo creí ser el preferido —Arruga la nariz al percibir su distorsionado olor—. Es desagradable su esencia. Así no atraerá ningún alfa.

—Entonces estoy cumpliendo con mi cometido.

—Insufrible, obstinado, terco, poco amable, cero tierno, irresponsable, respondón —Empieza a enumerar—. Pobre alfa que lo marque. No quisiera vivir su suerte.

—Si es que alguno se atreve a hacerlo —La comisura izquierda de YoonGi se eleva—.

No todos están dispuestos a soportar los retos.

De no ser por el leve aroma mentolado combinado con la hierba buena, YoonGi no se daría cuenta de la presencia de SeokJin hasta ahora. El joven alfa está apoyado en una columna, siendo imposible de percibir por la vista, pero sí a través del olfato. A SeokJin se le hace imposible no sonreír ante tal acto de valentía. Si bien cree que los adultos merecen respeto, Oh SangChan es un tipo que perdió ese privilegio hace bastante.

Como suele ser común en el chico de hombros anchos, sólo analiza. Hay algo entre las palabras del profesor, un mensaje entrelíneas, que lo deja pensando más de la cuenta. Duda de las intenciones de ese educador-dictador sobre el orgulloso omega. Cada día le agrada menos. Su madre también hubiese odiado a ese hombre.

Incluso su lobo aúlla en llamado de emergencia. Algo no anda bien.

En lugar de ser llamado, el alfa sólo se acerca, y saluda a ambos seres en disputa. Resulta algo difícil de explicar, pero le disgusta la idea de esos dos a solas. Tiene una corazonada muy extraña, y es extraño que su lobo y él se pongan de acuerdo.

El omega no le devuelve el gesto. Es más, prefiere observarle con el mayor de los recelos, y luego le enseña el dedo corazón a su profesor de matemáticas.

—¡Tú, insolente...!

—Disculpe, aquí he reorganizado sus horarios y las pruebas de los betas para estos días —Anuncia, y respira aliviado apenas ve a YoonGi alejarse—. Fecha, tema, contenido, estructura, puntuación; todo.