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Jimin apenas consigue dormir antes de despertar a las 7 pm, al ver los mensajes de texto de Taehyung que indican que estará aquí en una hora para ir a la pelea.
Se ducha y escoge su ropa más linda, aunque dolorosamente informal. Una camisa negra que es un poco holgada pero que está metida en sus mejores jeans ajustados, marcando su cintura. Utiliza el delineador kohl de Hoseok y marca apenas el contorno de sus ojos, un consejo de maquillaje que ha aprendido y se pone unos pendientes. Por una vez, a Jimin no le molesta su reflejo.

Taehyung llega en su auto Audi y Jimin se pregunta quién puede pagar ese vehículo a los veintiún años, siendo todavía un estudiante universitario, pero no expresa sus preguntas mientras se desliza dentro del auto suave y sonríe.

- Carro lujoso.

Taehyung sonríe desde el asiento del conductor, arrancando el motor mientras ronronea- Gracias bro.

Jimin se adapta al auto, sintiendo que el aire le da calidez mientras se abrocha el cinturón de seguridad. Es agradable y Jimin podría acostumbrarse a tales lujos.

- De todos modos -Taehyung baja el volumen de la radio a un nivel cómodo para que puedan conversar fácilmente- No vamos a entrar al depósito, vamos a estar esperando afuera por Jeongguk.

- Oh -la pregunta de por qué no van a entrar y ver al hombre en acción le pesa la lengua, pero se resiste a las ganas de preguntar, solo asiente y desvía su atención a los alrededores, fuera de la ventana.

Es un viaje considerable hacia la ubicación y cuando aparecen, Jimin se pregunta cómo demonios alguien se involucra en un negocio así en primer lugar. Es un depósito abandonado, en medio de la nada. Está sucio y parece que está a punto de colapsar.
Lo mira con suspicacia mientras Taehyung se detiene, apagando el motor y arrastrando los pies en su asiento.

- Probablemente esté en medio de su pelea ahora mismo -Taehyung saca un cigarrillo y lo enciende, ofreciéndole uno a Jimin.

- No, no, gracias.

- Como quieras -da una calada, soplando el humo- Lo siento, ¿sabes? Por lo que pasó con Guk la última vez, en la sesión de entrenamiento.

- No es tu culpa.

- Sí, lo sé, pero puedo admitir cuando mi mejor amigo la jode -suspira- Jeongguk tiene un corazón de oro, Jimin. Solo tiene miedo de mostrarlo, de revelarlo.

- Perdóname si me cuesta ver eso.

Taehyung suelta una carcajada, asintiendo- Suficientemente justo.

Se sientan en silencio durante unos minutos. Nada más que la radio que toca una pesada canción de rap se desplaza entre ellos y el hedor fuerte del humo del cigarrillo. Jimin juguetea con el dobladillo de su camisa distraídamente.
El momento se rompe cuando el teléfono de Taehyung suena con una notificación.

- Mierda -dice mientras apaga su cigarrillo- Mi dealer está aquí, tengo que comprarle marihuana a Jeongguk y Yoongi.

- Oh.

Taehyung le dispara una sonrisa mientras agarra su billetera, dejando el teléfono- Jeongguk no estará aquí pronto, pero no te preocupes. Volveré dentro de diez minutos. Siéntete libre cambiar la radio.

Con eso, Taehyung está caminando en la otra dirección.
Jimin se queda quieto por unos minutos, mirando a su alrededor. No reconoce el área en absoluto y tiene la sensación de que si intenta usar su teléfono, no podrá encontrar ninguna señal. El círculo callejero parece discreto y Jimin puede entender por qué, especialmente si es ilegal y hay narcotraficantes al acecho. No es que él mismo haga un trabajo apenas legal, no puede quejarse.

SABOR A VICTORIA - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora