20

14.7K 1.7K 1K
                                    

Jeongguk apenas duerme.

Jimin se acurrucó junto a él bajo sus sábanas, su respiración se estabilizó y sus rasgos casi se suavizaron. El dolor parece haberse calmado después de despertarlo a las 3 am para tomar dos tabletas más de analgésicos antes de que se desmayara y se quedara dormido.

Jeongguk deja de dormir cuando la luz del sol comienza a asomarse a través de sus cortinas, quemando sus ojos. Gruñe mientras se da vuelta cuidadosamente, tratando de no despertar a Jimin.

Son las 8 am.

No tiene sentido dormir ahora y por mucho que quiera quedarse en la cama, con Jimin, sabe que debe levantarse y preparar la comida para cuando despierte. Él decide sopa, la mejor apuesta para cuando alguien está enfermo. También necesita llamar a Yoongi y pedirle más consejos, tal vez escriba alguno de los que Soomin le había dicho la noche anterior antes de que se le escapen de la cabeza.

Jeongguk toma una ducha de forma aprensiva, manteniendo la puerta del baño abierto por si acaso necesita volver corriendo a ayudar a Jimin. Se viste con un par de ropas nuevas, entrando en la sala de estar solo para detenerse.
Taehyung está allí, preparando el desayuno.

— ¿A dónde fuiste anoche? —Jeongguk exige saber, parándose frente al desayunador y negando acercarse más.

Taehyung salta, sobresaltado por la repentina presencia. Deja de batir los huevos. Sus ojos están enrojecidos, un claro indicador de que ha estado llorando y su cabello está descuidado y revuelto. Parece arruinado.

— Estoy ... haciendo comida —respira, gesticulando hacia los ingredientes que lo rodean— ¿Está Jimin aquí?.

— ¿ Qué te importa?.

Taehyung mira con incredulidad. Parpadea un par de veces antes de sacudir la cabeza, dejando caer el batidor de la mano. Se acerca a Jeongguk, toma un cigarrillo y lo enciende antes de hablar.

— Estás actuando como un maldito imbécil.

— Tu voz va a despertar a Jimin.

Taehyung considera esto por un segundo antes de asentir con la cabeza bruscamente— Vamos afuera.

Los dos caminan juntos de lado a lado por las escaleras, a la intemperie. El ambiente es brumoso, cubierto debido a la lluvia que ha estado sin parar desde la noche anterior. Hay tensión entre los dos, gruesa y dolorosamente perceptible. La exasperación de Jeongguk hacia Taehyung no se ha aliviado.
Ninguno de los dos habla por un rato.

El pelinegro quiere que su mente deje de correr con pensamientos mientras su amigo fuma en silencio junto a él. Finalmente, Taehyung voltea para mirarlo.

— No sabía que Jimin estaba allí. Tienes que dejar de actuar como si hubiera querido que saliera lastimado —su voz es severa cuando golpea el cigarrillo de la colilla y mira cómo caen las cenizas al suelo— Ni siquiera viajó conmigo al depósito, ¿Cómo iba a saberlo?.

Jeongguk pone los ojos en blanco— ¿Y qué? ¿Apareció de la nada?.

— ¡No lo sé! No sé qué sucedió y, literalmente, ni siquiera me diste la oportunidad de averiguarlo.

Él resopla— Lo recuerdo bien, fuiste tú quien se alejó. No querías saber, porque eras culpable, solo admitelo mierda.

— ¡No soy culpable de nada!.

—Oh, ¿de verdad? —Jeongguk interrumpe— ¿Cuántas veces has hablado con Jimin sobre lo que hacemos, cuántas veces lo has llevado al depósito, eh? —espera una respuesta y cuando no hay una ,continúa— ¿Nunca pensaste en mencionar por qué tú nunca entras al depósito?.

SABOR A VICTORIA - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora