18 de febrero, 2019
Estoy en la salita esperando a que me llame el doctor. Hoy tengo turno con el ginecólogo para comentarle acerca de mi decisión de ser madre.
Kevin se fue a abrir la pastelería, ya que se terminaron las vacaciones. Incluso nos tomamos una semana de más, pero ahora estamos con todas las pilas. En cuanto salga de acá voy a ir a ayudarlo.
—Olivia Vega —me llama una voz masculina y ronca desde el consultorio.
Trago saliva y entro a la pequeña habitación. Cierro la puerta y saludo al doctor estrechando su mano. Me hace un gesto para que tome asiento frente a él y le hago caso.
—Bien, Olivia. ¿Qué te trae por acá? —interroga depositando sus ojos negros en mí y agarrando una lapicera. Su rostro muestra los signos de su edad, de por lo menos cincuenta años. Tiene barba blanca y es pelado, parece buen tipo.
—Bueno, yo quería empezar a planificar un embarazo y... Quisiera que me diga más o menos si tengo que tomar algo y esas cosas —respondo con algo de incomodidad. Odio ir al doctor.
Él asiente con lentitud y comienza a escribir.
—¿Edad?
—Treinta y uno.
—¿Primer y último día de tu menstruación? ¿Sos regular? —cuestiona.
—El cuatro de febrero fue el primer día y el nueve el último. Sí, soy regular.
—¿Te estuviste cuidando con algún método anticonceptivo? —Hago un gesto afirmativo—. ¿Cuál y durante cuánto tiempo?
—Inyecciones mensuales. Durante cinco meses aproximadamente. Este mes ya no me la puse.
—A pesar de que cada cuerpo es distinto, una mujer tarda unos tres meses en quedar embarazada luego de su última inyección —comenta volviendo a mirarme—. Así como hay casos en los que quedan embarazadas aún usando métodos anticonceptivos, hay otros en los que se tarda mucho más en lograr la concepción.
—Tengo una duda, y es que mi última menstruación me vino muy leve cuando suele venirme bastante intenso. ¿Se puede deber a no haberme inyectado? Además... según mi pareja, dice que tengo más caliente el interior de la vagina y me preocupa que sea alguna clase de infección —digo sonrojándome. Él me observa inmutable, ya acostumbrado a este tipo de casos. Toma aire por la nariz.
—Puede ser algún signo de infección, ahora te reviso. Con respecto a tu menstruación, suele pasar que con las inyecciones las hormonas se alboroten y tu sistema debe ordenarse de a poco —replica seriamente. Se ve que es muy profesional—. ¿Cuándo fue tu última relación sexual?
—Umm, anoche. —Siento mi cara arder. Sé que es doctor y no va a decir nada, pero eso no quita que no sienta vergüenza de hablar estas cosas con un desconocido. Lo escribe y agarra una especie de calendario rotativo que tiene sobre la mesa.
—Estás ovulando, así que es tu periodo más fértil en caso de que quieras concebir. Lo que sucede es que, al haber abandonado la inyección recientemente, tu ovulación puede ser leve y por lo tanto te costaría quedar embarazada —anuncia—. Por eso es que se dice que son tres meses hasta que tu ciclo se regule.
Suspiro. ¿Tengo que esperar tres meses para embarazarme? Por un lado es un alivio, pero por el otro es bastante pesado.
—Voy a recetarte ácido fólico para que empieces a tomar. —Escribe en un papel, coloca el sello y me da la receta. La guardo rápidamente en mi bolso—. ¿Estás tomando algún tipo de medicamentos, tenés algún problema de salud o tu pareja padece de alguna enfermedad?
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Las galletas de los deseos |EcdC#2|
ChickLitLuego de varios meses de amor y dulzura, Olivia es asaltada por las dudas. Deseosa de saber si Kevin es el hombre de su vida, pedirá un deseo de Año Nuevo que traerá varios obstáculos con nombre y apellido. *** Tras ocho meses de relación, Olivia es...