Capítulo 28: Leonel.

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En multimedia: WE THE LION - I WANT YOU TO KNOW.


           

Aún ebrio no entiendo qué hace Isaac aquí, o cómo ha entrado. Pero eso importa una mierda cuando acabo de sentir que me arrancaron el corazón, el dolor es incluso peor que cuando creí que Ariadna me había engañado a propósito. Respiro agitado y miro mis manos ensangrentadas.

He cometido el peor de mis errores. Vuelvo a gruñir y hago el intento de golpear nuevamente la pared, sin embargo Isaac interviene nuevamente.

—¿Te has vuelto loco? —me grita—, joder, que así no harás que aparezca mágicamente.

—¿Cómo... ¿Tú lo sabías? —bufo—. ¿Leíste esta carta? —¡Mierda! Estoy ebrio y siento que necesito más alcohol en mi cuerpo para poder sobrellevar esto.

—Leonel —me habla con seriedad—. Tienes que calmarte, ¿de acuerdo? Vamos a hablar, hermano. Tranquilo.

—¡Es que fui un imbécil! —No doy para más—. La eché de casa, la corrí, era de noche y estaba embarazada y yo le pedí que se largara. —Importándome poco la sangre que hay en mis nudillos me paso las manos por el pelo descontrolado.

—Sé lo que hiciste. Lo sé todo, ella me lo contó.

—¿Cuándo fue la última vez que la viste?

—El día que me entregó esa carta. La leyó para mí, quería que le dijera con honestidad si era demasiado dramática porque no quería parecer la víctima. Escogió bien, si se la hubiera leído a John, seguramente le pedía que se pintara los labios de rojo y besara las páginas, también que derramara algunas lágrimas en el papel para que se arrugara. Ya lo conoces.

—Isaac... este no es momento para chistes.

—Bien, me lo tomaré en serio.

—Ese hombre la tocó, Isaac, la besó, la acarició. Ese hijo de puta la hizo suya. Quiero golpearme hasta matarme para ya no sentir —le confieso. Después de que lloré como un niño con John y Emily no quise hablar más del tema.

—¿Qué es lo que te duele? ¿Qué se haya acostado con otro hombre? Que te fue infiel, ¿es eso? Que sin importar los motivos, no puedes sacarte de la cabeza que estuvo con alguien más, que la tocó alguien más. ¿Es tu ego lo que está lastimado? ¿Tu hombría? ¿Eres uno de esos machos que creen que las mujeres les pertenecen? Porque déjame decirte algo, hermano, esa mujer dejó que la usaran, se convirtió en lo que no quería ser jamás, permitió que la invadieran para que la policía saliera corriendo detrás de ti, para que no le quitaran a su hermana. Se escucha muy fácil, ¿no? Quitarse la ropa y permitir que el hombre que más aborreces en el mundo te humille de esa forma. Fue la salida más sencilla, ¿verdad? Soportar cinco, diez o quizás media hora de un hijo de puta encima de ella diciéndole cuanta guarrada se le ocurriera, haciéndola sentir que lo que la gente decía sobre ella todo el tiempo es verdad, que es una zorra, una puta, una prostituta, una mala mujer, una sucia, que no vale nada. ¿Es sumamente fácil saber que al hacerlo quizás haría que la policía te buscara y que de encontrarte te perdería para siempre? ¿Qué posiblemente pasó noches enteras evocando lo que había sucedido? ¿Eso es la salida fácil? ¿Eso es ser débil? ¿Eso es lo más estúpido que pudo hacer o lo más valiente?

—Isaac...

—¿Qué es lo que te duele realmente?

Malditas preguntas, han rondado por mi cabeza desde que la escuché confirmarme que sí se había acostado con Timoteo.

—¿De verdad me lo estás preguntando? ¿De verdad crees que es cuestión de orgullo?

—Es que lo entiendo, sé que cuando te diste cuenta de todo evidentemente te sentiste herido.

Dulce Adicción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora