Como quiera que te llames

824 44 17
                                    

" Por increíbles peligros e innumerables fatigas... me he abierto camino hasta el castillo más allá de la Ciudad de los Goblins, para recuperar el niño que me has robado"

- ¡Basta! Mira Sarah, mira lo que te estoy ofreciendo: Tus sueños

Sus ojos me prometían todo lo que siempre había deseado: mis sueños, mis fantasías de vivir una realidad diferente a la que estaba acostumbrada ¿Quién en su sano juicio rechazaría esa oferta? Yo no por supuesto, pero me ha estado fastidiando mucho, así que voy ha hacerle sufrir un poco más...

"Y mi reino igual de grande..."

- (retrocediendo un poco y en pose suplicante)... te pido tan poco... deja sólo que te gobierne y podrás tener todo lo que tu quieras...

Espera, espera un momento ¿Que deje que me gobierne? Esto no me huele bien

"Y mi reino igual de grande... ¡Demonios! ¡Nunca consigo recordar ese párrafo!"

- Solo témeme, ámame, haz lo que te digo y yo seré tu esclavo...

¡COMO! Esa si que es buena. Dice que será mi esclavo, si prácticamente le estoy vendiendo mi alma. Lo siento mucho, la oferta es tentadora, pero esto me huele a chamusquina. Tengo que cortar esto de raíz. Lo siento Jareth.

"...Y mi reino igual de grande...(sonido tres últimas campanadas tic...tac...) No tienes poder sobre mi...¡NO TIENES PODER SOBRE MI!"

Ahora viene la parte en que el terrorífico pero encantador Rey de los Goblins lanza la esfera hacia arriba y todo vuelve a la realidad, dando a la historia un final feliz dejando abierta la posibilidad de hacer una secuela. Sin embargo, yo no soy Sarah, ni vivo en una casa que a pesar de pertenecer "supuestamente" a una familia de clase media, tiene dos plantas (el cuarto de Sarah hace tres del mío), ni tengo un parque precioso al que ir con un vestido de princesa tan elegante como sencillo, ni me persigue una lechuza blanca (probablemente de haber una, la habría llevado a casa y le habría dado de comer cuidando de que el perro no la ataque). Lo siento. Mi vida es normal, con una casa normal y rodeada de problemas normales.

Bueno, miento. Si que hay algo muy especial en mi vida. Algo que te va a atrapar y que puede cambiar tu vida. Pero para explicártelo, vamos a ir por partes.

Mi nombre es Susana. Es un nombre bastante bonito e incluso delicado cuando te acostumbras a él, pero no es ni de lejos el nombre de una aventurera, ni de una princesa de cuento. Lo suyo hubiera sido que me hubieran llamado Susan, Rachel, Elisabeth... que son nombres con más caché. De modo que en mis historias me llamo Rose, Susan, Clavel o Catalina (si, este último no es muy allá, pero me gusta y como es mi historia...)

Y ahora vamos contigo. Tienes una cara muy agradable. Seguro que acabas de esbozar una sonrisa. Lo veo en la comisura de tus labios. Seguro que nos hemos visto en alguna parte. Tu ibas por la calle y

nos cruzamos. Yo te sonreí y tu me devolviste la sonrisa. O puede que la próxima vez que salgas a la calle nos encontremos y nos crucemos sin siquiera mirarnos a los ojos, porque iré con prisas y probablemente tu también. Pero quién sabe. ¿Te imaginas que nos cruzamos? Eso significará que esto no es ficción y que al igual que tú, querido lector/a, yo existo y todo lo que te voy a contar existe, ha existido, o existirá. De modo que abre tu mente y presta atención a todo lo que te voy a contar, porque tu también puedes ser especial. 

¿Y si todo fuera un sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora