Aquí no hay ningún payaso

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Hace cinco días que no veo a Jareth.

Concretamente desde que nos despedimos antes de encaminarme rumbo a mi nueva vida.

Después de unos tediosos días de mudanza, por fin encuentro un poco de paz.

No sé cómo volver allí sola. Y no quiero llamar a Jareth porque es una sorpresa.

Cuando pienso en nuestra historia...

Creo que es inevitable sonreír, e incluso sobresaltarse.

Parece el cuento de nunca acabar: Nos peleamos, nos reconciliamos, volvemos a distanciarnos para después unirnos más fuertes que nunca...

Y encima no se lo puedo contar a nadie porque oficialmente "él" está muerto. O no existe.

Aunque pensándolo mejor, es mejor así. No me gustaría que nadie se entrometiese. 

- En fin. Vamos allá.

Estoy en ropa de deporte, con unos pantalones oscuros y una pequeña franja azul en la parte delantera de ambas perneras. Lo combino con una camiseta negra y ancha.

Vamos una princesa de cuento de manual.

Me sitúo frente al espejo del baño de nuestro nuevo piso.

Tengo la cara un poco colorada a causa de un pequeño resfriado que vengo arrastrando desde ayer.

Se que debería haberme arreglado mejor, pero no podía aguantar un día más sin verle.

Sobre todo porque tengo algo que decirle. Observo el espejo.

- Quien me oiga pensará que estoy loca. 

Me concentro

- Hoggle....

Nada

- Hoggle, Sarah, Frizz... ¡Alguien!

Nada

- ¡Por favor! ¿Hay alguien ahí? Quiero volver y no sé como 

Transcurren unos segundos antes de que me de por vencida

- ¡Cof,cof!

Me vuelvo hacia el espejo

- ¡Malditos espejos del diablo! ¡Los odio a rabiar!

Me pego completamente al espejo

- ¡HOGGLE! ¡HAS VENIDO!

- (Sacudiéndose el polvo de los pantalones y volviéndose hacia mi para hablar con una sonrisa en los labios) Hola, preciosa

Pego mis manos todo lo que puedo

- No sabía cómo volver, y entonces recordé la parte de la película en la que Sarah se dirige a vosotros en el espejo.

- ¿De qué película estás hablando? ¿Qué es una película? -Nada, da igual. ¡Me alegro mucho de volver a verte!

- Yo también. Todos te hemos echado de menos. Incluso el cascarrabias de Jareth.

Me pica la curiosidad

- ¿Ha... Ha preguntado por mi?

- No. No somos santo de su devoción ninguno de nosostros. Nos soporta porque estás tú.

Me sonrojo

- No quiere hablar con nadie. La única con quien hablaba era Sarah, pero obviamente ella pertenece a otro mundo y tuvo que regresar.

Eso me entristece bastante. Realmente le había cogido cariño a esa chiquilla.

- ¿Y puedo verlo?

¿Y si todo fuera un sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora