No le hagas daño

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[Alcoba Real]

Nada más cerrar la puerta, mis piernas flaquean de nuevo y caigo al suelo.

No puedo remediarlo, tengo mucho miedo.

¿Cómo ha podido hacer semejante cosa?

¿Por qué quiere hacerme daño?

¿Y Jareth? ¿Qué le habrá pasado?

- Ahora que sabes quién soy, no hace falta disimular más.

Me aparezco ante ella en todo mi esplendor, pero esta vez con un aspecto más sanguinario y macabro. Mi voz es rasposa y amenazante.

El cuerpo de ese Rey de pacotilla cae como un globo desinflado junto a mi querida Susanita.

- (Arrastrándome hacia Jareth) ¡Jareth!

El payaso me corta el paso.

- Oh, ahora no le toca jugar a él. Lo relegaremos al banquillo.

- ¡Eres un monstruo!

- (Con falsa tristeza) ¡Ohh! ¡No digas eso! Me pongo muy triste.

Me agarra del brazo.

- ¡Y NO ME GUSTA ESTAR TRISTE!

- ¿¡Hacia donde me llevas?! ¡SOCORRO!

Me tira de malas maneras contra la silla de ruedas.

- ¡Siéntate en la silla!

Con gran esfuerso consigo sentarme.

- Ahora coge una cuerda.

- No tengo ninguna cuerda

Hago aparecer una cuerda de la nada.

- Toma. Coge a tu amigo y ahórcalo

Empalidezco de repente

- ¡¿Qué?!

- Esta va a ser mi cena del año. Mátalo antes de que lo haga yo por ti.

- ¡Por favor no lo hagas! ¡No lo mates! ¡Moriremos los dos!

- ¿Cómo?

- Si matas a uno, moriremos los dos.

Corro hacia ella y la sacudo violentamente.

- ¡Mientes!

- ¡No miento! ¡Para que él viviese, le entregué la mitad de mi corazón! Si le matas a él, yo también moriré.

Maldita sea, eso lo cambia todo. Tenía planes para mi Susanita antes de servirla como cena. Tendré que comérmela sin explotar su miedo...

O puede que no...

- ¡Átale las manos!

- ¡No le hagas daño!

- Haz lo que te digo. Si eres obediente, pospondremos nuestro viaje al circo para más adelante.

Lo hago con toda la rapidez que me permite la silla de ruedas.

- Ahora le buscaremos un nuevo hogar.

Lo llevo hasta el vestidor. Ahí no me causará problemas.

Cierro la puerta. El miedo impregna la habitación. Delicioso.

Me acerco lentamente hacia ella. Voy a disfrutar con esto.

- Bueno, bueno, Susanita. Parece que ahora nos toca jugar a nosostros.

- ¿Qué pretendes?

- Únete al circo. ¿Te gusta el circo, Susanita?

- N-no...

¿Y si todo fuera un sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora