¿Y si todo fuera un sueño?

Nuevos descubrimientos

Tardo bastante en llegar a la biblioteca porque el castillo es inmenso.

Tú te despides de la señora Druid y cuando se despista corres a seguirme, ya no por vigilarme, sino porque quieres estar sobre aviso de lo que pase por si hay algún problema. Me encuentras justo cuando estoy llamando a la puerta y te escondes en el pasillo, en la esquina.

Yo llamo un par de veces. La bandeja pesa bastante.

- Adelante...

Entro y tu te pones a escuchar a través de la puerta.

[Biblioteca]

La sala está muy oscura. La chimenea está encendida, pero no hace calor. Hay dos butacones burdeos frente a ella con una pequeña mesa de café redonda en medio.

- Siéntate

- No, gracias. Estoy bien de pie

- No era una sugerencia. Es una orden. SIÉNTATE

Me siento a regañadientes

Permanece quieto observándome. Me pone nerviosa cuando hace eso.

- Mmmm... ¿Pasas mucho tiempo aquí?

Lo saco de sus pensamientos

- Si. Me gusta mucho leer. Es uno de los mayores placeres de la vida.

- Yo opino lo mismo... ¿Por qué estoy aquí?

- He estado hablando con la señora Druid. No parece muy contenta contigo.

- Bueno, tenemos mucha disparidad de opinión acerca de las cosas.

- Pero ella tiene poder sobre ti. Al igual que yo tengo poder sobre ambas

- ¿Es necesario que te reafirmes continuamente?

-¿Disculpa?

- No dejas de recordar que eres amo y señor de todo esto. Es bastante humillante que te consideren una propiedad.

- Es la verdad

- No lo es. Yo no soy de aquí. Esto es temporal. Y me incomoda que me recuerdes todo el rato que estoy trabajando de criada para pagar por vivir aventuras.

- Pensé que te gustaría

- ¿Por qué iba a gustarme?

- Porque todas las mujeres creen que son esclavas en espera de algún caballero que las salve

- Eso es muy machista

- Piensa como quieras.

He pillado por donde iba, pero me gusta verlo enojado

- Claro que sí. ¿Tú vas a ser ese caballero que me salve?

Su cara enrojece. En cuanto me doy cuenta de lo que he dicho, sonrío y cambio de tema. Maldita boca que no se mantiene cerrada

- ¿Sabes que tienes unos jardines muy bonitos?

Está desconcertado

- Ehhh, si, lo sé, gracias.

- Si no mandas nada más, me voy a dormir

- Sirve un poco de licor

- Pero...

- Te he dado una orden. No me hagas...

- Sii, vale, vale.

- Sirve de la botella marrón

Lo hago

- Sírvete si quieres

- No, gracias. No bebo