[Pasillos de las mazmorras]
Jareth recorre los pasillos de las mazmorras con paso firme y decidido.
Alguien habla a su espalda.
- ¡Señor! ¡Señor! ¡Por favor!
El monarca se detiene
- ¡¿Qué?
- Debo hablaros de algo importante...
[Celda]
Yo sigo en la misma posición que hace un rato. Casi no siento las piernas y la sangre de las manos y la ropa se ha secado.
*La puerta se abre*
Desde mi desventajosa posición veo al terrible Rey de los Goblins cuya silueta se bordea con la luz trasera.
Las lágrimas descienden por mi churretoso rostro.
Aún queda algo de esperanza. Seguro que me escucha.
El monarca da unos pasos hacia dentro y cierran la puerta tras él.
Me levanto como puedo. No puedo evitar sonreír.
La celda está a oscuras.
Reina un silencio absoluto
- J-Jareth...
No puedo verle la cara.
- Yo... quiero explicártelo todo...
Pone los brazos en jarras. Empiezo a asustarme.
- Y-yo no la maté, de veras que no, quise hacerlo pero no pude
- Ibas a matar a Sarah.
Me quedo congelada en el sitio
¿De dónde ha sacado semejante idea?
- ¿Perdona?
- Ibas a matar a Sarah y ella te impidió hacerlo. Varios invitados te vieron intentando aproximarte a nosotros totalmente desquiciada. Ella te sacó de allí.
- ¿Qué estás diciendo? Eso no pasó así. Tus invitados mienten.
- Dot te escuchó hablar con Clarisse. Te enfadaste y abandonaste la habitación en busca de Sarah
- Bueno, sí que estaba enfadada con Sarah, pero nunca se me ha pasado por la cabeza hacerle daño.
Me acerco lo máximo que me permiten las cadenas. La cara de Jareth es seria y carente de escrúpulos. Al ver cómo tira la cadena de mi hacia atrás cuando llego al límite parece sentir pena por mí, pero la sensación pronto desaparece.
- Por favor, Jareth, créeme. No te lo pediría si mi vida no dependiese de ello, pero por favor. Yo nunca quise hacer daño a Sarah y no maté a Clarisse. Es una trampa.
La mirada del Rey habla por sí misma. No sabe si creerme.
Al final habla.
- Nunca permitiría que hiciesen daño a Sarah.
Abro los ojos como platos
- No me crees ¿verdad? Piensas que soy capaz de arremeter contra ella
Le doy la espalda
- No me lo puedo creer. Esto es muy fuerte
- Susana, yo...
- Dime
Lo enfrento- Quiero creerte.
- Pero no lo haces. Claro. Hace unas horas era el amor de tu vida y nos íbamos a casar. Bebias los vientos por mi. Pero la opinión de los demás cuenta más que la mía.
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¿Y si todo fuera un sueño?
FanfictionMuchas veces las historias, ya sea a través de libros o películas, nos han planteado si lo que concebimos como realidad es realmente un sueño y viceversa. Yo afirmo que la realidad no existe tal y como nosotros creemos que es, sino que tomando el ca...