Nueva identidad

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 El Rey de los Goblins y tú aparecéis en la Sala del Trono. Lo reconoces enseguida. Así como reparas también en Hoggle, que permanece en su jaula.

- ¿Otro incauto más para vuestra colección?

- Va a hacer tú trabajo. Pero a diferencia de ti, esta vez no toleraré ningún tipo de insubordinación.

Ambos empiezan a discutir acaloradamente. Tú estás en el centro de la sala sin saber muy bien que hacer. Como ves que no llegan a mutuo acuerdo, decides intervenir.

- ¿Por donde empiezo?

Ambos cesan la discusión y se quedan mirándote pensativos, como si acabases de decir una tontería.

- Empieza por procurarte agua y comida para cuando se canse de ti y vengas a hacerme compañía

- Pues la celda es sólo para UNO. Por lo tanto, para que alguien entre, otro ha de salir.

Parecen niños. Uno amenazante y el otro respondón.

- Bah. Estoy harto de discutir. Total, no servirá de nada.

- Por supuesto que no, yo soy el Rey y mis órdenes están por encima de todo

Jareth deja de prestar atención a la celda y cruza un brazo. Con la mano del brazo restante acaricia su mentón, pensativo.

- Bueno, ahora vamos contigo...

Te examina de arriba a abajo. Eso te incomoda. Y te molesta de mala manera. Decides contar un poco sobre ti para empatizar y romper este silencio que comienza a crisparte los nervios.

- Bueno, yo me llamo...

Te interrumpe

- No me importa tu nombre. Aquí no lo vas a necesitar porque yo te concederé otro.

- ¿Por qué?

- No quiero arriesgarme a que te reconozca por tu nombre y te convenza para aliaros contra mí.

Eso te parece una soberana tontería.

- Eso es una tontería

De reojo ves como Hoggle se lleva las manos a la cabeza.

El Rey se acerca a ti de un salto y con un movimiento de la mano empieza a estrangularte.

- ¡¿Cómo te atreves?!

-¡Aggghhhh!

No puedes decir otra cosa. No olvides que te estás ahogando.

- NUNCA, me oyes, NUNCA CUESTIONES NINGUNA ORDEN NI REFLEXIÓN DE TU REY ¡¿ENTENDIDO?!

Asientes como puedes y vuelves a respirar con normalidad. Tratas de arreglar la situación.

- Me refería a que es más fácil que me reconozca por mi apariencia que por mi nombre.

Parece que le has dado una idea. Bien, un punto a tu favor. Por supuesto nunca reconocerá que la idea ha sido tuya.

- Tienes razón. Voy a cambiar tu apariencia además del nombre.

Hace aparecer uno de sus famosos cristales. Pero esta tiene un tono azulado que difumina el interior. Gira la muñeca y la esfera se desvanece sobre ti en forma de agua.

Agua fría.

- ¡Ohhh!

- No te quejes. Me produce jaqueca.

Hace aparecer un espejo y te acercas. No pareces tú. Tu pelo, tus ojos, tu cuerpo... incluso tu piel. ¡Ahora es verde! Pareces un avatar con malformaciones

¿Y si todo fuera un sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora