Mazmorras

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La canción es para escuchar mientras leéis. No miréis la imagen, pierde la magia y seriedad ;)

"¡Ha desaparecido! ¡Maldita sea! ¡Como lo coja se va a enterar de lo que vale un peine! ¡ahhhh LO ODIOOO! Un ataque de histeria recorre cada palmo de mi cuerpo haciéndome dar fuertes patadas contra el suelo"

Me calmo. Hay que salir de aquí. Miro a mi alrededor. Parece que falta algo, pero no sé lo que es. ¡Maldita sea! ¡No hay puerta!

Busco por toda la estancia. Hay una armadura de un guerrero enclavada en la pared. La observo. Completamente hueca.

Recorro minuciosamente todas las paredes, miro si hay alguna escotilla en el suelo. Nada. Igual hay que encontrar una llave que me lleve hasta la puerta. Pero no hay muchos sitios por lo que buscar. Hay un camastro con una especie de saco amarillento y asqueroso.

Una caja en el centro de la mazmorra. Intento moverla, pero no puedo. Y la armadura...

-¡No puede ser! ¡Es imposible!

Me siento en la caja con las manos cubriéndome la cara.

-Espera... el tiempo. El tiempo corre en sentido contrario a las agujas del reloj (recordando las palabras del rey) con todo lo que eso conlleva...

Mi mirada se enciende. Voy a descubrir algo grande

-Si todo corre en contra, el orden lógico de las cosas también se ha invertido. Por lo tanto la puerta... solo puede estar en un sitio.

Miro al techo. No me había dado cuenta hasta ahora, tal vez por la escasa luz del candelero. El techo está completamente negro. Y además, de la impresión de ser más alto de lo que parece...

Tiro el casco de la armadura con todas mis fuerzas hacia arriba y esta tarda un tiempo considerable en impactar contra el techo.

-¡Lo tengo! ¡Chúpate esa, rey de pacotilla!... Espera... ¿cómo subo hasta arriba?

Miro a mi alrededor. Quizá si me subo a la caja y salto... no. No voy a llegar. Pero si utilizo el ingenio...

Acto seguido, consigo quitar la armadura de la pared y, sorprendentemente, se mantiene erguida. No hay nada más en la habitación, así que la montaré sobre la caja y espero no caerme.

Me ato el saco mugroso a la cintura y con el candelero en una mano, escalo a duras penas la armadura.

-¡Bien! ¡No me he caído! Y ahora con el saco tiento en busca de la escotilla...

Me agarro a las ramas para trepar por ellas, pero no me hace falta, porque al tirar de la primera la escotilla cae junto con una escalera

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Me agarro a las ramas para trepar por ellas, pero no me hace falta, porque al tirar de la primera la escotilla cae junto con una escalera.

- ¡Que suerte!

[Pasillos de las mazmorras]

[Pasillos de las mazmorras]

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