[Mi habitación]
Llevo varios días aquí. Concretamente, desde fin de año.
Tenía que poner un poco de orden en mi vida del Supramundo.
Pero por fin, mañana podré volver.
*Llaman a la puerta*
Estoy deshaciendo mi cama, antes de ir a acostarme.
- Pasa
Nadie pasa. Me dirijo yo misma a la puerta.
- ¿Hola?
Cierro la puerta. Qué raro.
*Las luces se apagan*
- ¡Se ha ido la luz! ¡¿Puede ir alguien a mirar los plomos?!
- No intentes gritar. No te servirá de nada. No te oyen.
- ¿Quién eres?
Apenas alcanzo a discernir una figura entre las sombras.
Permanece callado, observándome desde la oscuridad.
Lejos de estar asustada, me acerco con curiosidad y cautela hacia el misterioso contorno.
Por las hechuras parece ser un hombre.
Estamos frente a frente.
¿Y qué se supone que debo hacer ahora? ¿Le invito a un café?
- Bueno... Me vas a decir qué quieres o... Me voy a dormir
Las luces se encienden de repente, revelando la identidad de la figura.
- Esperaba una respuesta así. En serio, no me has decepcionado en absoluto. Te felicito.
- No puede ser
Sonríe de forma picaresca.
-¡Tú eres Hades! ¡Y en mi cuarto!
- Bueno, tú lo llamas cuarto, yo lo llamo armario de las escobas.
¿Qué problema tiene todo el mundo con mi cuarto?
- En fin, no he venido aquí a charlar. No me caes bien y tenemos poco tiempo.
Comprueba su reloj con incrustaciones de rubí.
- Efectivamente, vamos tarde. La puntualidad es crucial si quieres que tus súbditos te respeten.
Este hombre habla más para sí mismo que conmigo.
Sin venir a cuento, me coge de la mano y me hace dar una vuelta entera.
- ¿Qué haces?
- Tu vestimenta es un poco desaliñada y tosca, pero no tenemos tiempo para cambiarte. Ya lo harás más adelante.
- ¡¿Quieres dejar de decir que llegamos tarde?! ¡No voy a ir a ningún lado, y menos contigo! ¡¿Qué haces aquí?!
Su rostro se ensombrece.
- ¿No sabes por qué he venido? Me sorprende lo ignorantes que pueden llegar a ser los humanos. Estoy aquí por ti, mi querida Susana. Bueno, lo de querida es un decir, porque si fuese por mi ya habrías ardido en el fuego.
- No entiendo nada. ¿Qué he hecho yo para que me odies?
- Mataste a Clarisse
Me quedo helada. ¿Cómo tengo que decir que yo no lo hice?
- Yo no lo hice.
- Eso ahora da igual. El hecho es que has de reemplazarla.
- No voy a hacer eso. Además, ¿qué pintaba Clarisse en nuestro mundo? ¿Y tú? No sois de este mundo
- Este "Mundo", como tú lo llamas, es el mismo que el mío. Lo único que cambia es la altura terrenal a la que nos encontramos. De hecho, yo pertenezco al Inframundo, tú vienes del Supramundo, y parte de ti vive en el Laberinto. Es sencillo de explicar y difícil de recordar.
Nos estamos desviando del tema.
- En fin, el problema es que tengo que buscar un reemplazo para Clarisse y necesito urgentemente a alguien que me ayude con un "pequeño" pero molesto asunto. Y tú eres perfecta.
Esa soberbia me provoca ganas de partirle la cara.
Pero una aventura es una aventura.
- ¿Qué saco yo a cambio?
-Magia
-¿Magia?
- Si, si todo sale como yo espero, te otorgaré un poco de magia. No serías la Maga más poderosa del mundo, pero te ayudará a infundir temor.
Salvo lo de infundir temor, el resto me resulta interesante.
- Sin embargo, no tengo tiempo que perder. ¿Vienes por las buenas o tengo que seguir buscando? Te advierto que una oportunidad así no se presenta todos los días.
- Está bien. Pero yo también quiero poner condiciones.
- No estás en situación de poner condiciones.
- Soy tu único recurso. Con lo mal que parece que te caigo, si tuvieras la oportunidad de evitarme, no lo desaprovecharías. La primera condición es que antes de nada voy a hablar con Jareth y la segunda...
Me interrumpe
- ¿Al Rey de los Goblins? No me hagas reír. Pensaba que era alguien interesante.
- Bueno, esa era la primera. La segunda es que me dejes trabajar a mi aire. No me gusta que me controlen.
Parece pensarlo unos segundos.
- Con lo primero no tengo objeción. De hecho, no me importa. Lo segundo lo vamos viendo.
- No hay trato
- Oh, si, claro que lo habrá. Vas a trabajar bajo mis órdenes porque te interesa demostrar a Jareth que no fuiste tu quien mató a Clarisse.
- Y ayudarte, ¿en qué me beneficia?
- En que soy el único que puede demostrar que tu no la mataste. Que todo formaba parte de un elaborado plan para acabara contigo y con el Rey.
Noto un atisbo de esperanza dentro de mi.
- ¿De verdad?
- Te obligaron a hacerlo. Con magia. Y yo se quien se esconde detrás de todo
-¿Quién se esconde?
- Cumple con tu parte del trato y te ayudaré
Tras meditarlo un poco, estrechamos la mano.
- Si veo en algún momento algo que no me guste, abandono y te buscas la vida
- Hecho
- Volveré a buscarte. Aprovecha para despedirte de tu maridito.
- Le daré recuerdos de tu parte, tranquilo.
Hades se marcha y yo me dirijo al espejo del cuarto de baño para trasladarlo y volver a casa...
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¿Y si todo fuera un sueño?
FanfictionMuchas veces las historias, ya sea a través de libros o películas, nos han planteado si lo que concebimos como realidad es realmente un sueño y viceversa. Yo afirmo que la realidad no existe tal y como nosotros creemos que es, sino que tomando el ca...