Salí del instituto aún abrumado por la escena del lavabo, no podía creerme lo que había pasado. Me moría de vergüenza por haberme dejado hacer eso pero a la vez... me había encantado.
Bufé por millonésima vez esa hora y esperé a Hunter al lado de su moto, vi como salía y una sonrisa se implantó en mi cara cuando me guiñó el ojo.
Me subí después de él y en menos que canta un gallo ya habíamos llegado a mi casa, pero me sorprendió ver a Jyon en la puerta abrazando sus rodillas con la cabeza escondida, algo iba mal.
Sin decirle nada a Hunter, si quiera sin quitarme el casco corrí hasta mi mejor amigo y una vez allí dejé mi protección de la cabeza en el suelo. Me agaché quedando a su altura, el alzó la cabeza y me miró con los ojos rojos e hinchados de llorar.
—Liam... mi... mi madre...—se derrumbó antes de acabar la frase y supe en seguida lo que pasaba, suspiré y lo abracé tan fuerte como pude, oí unos pasos a mi lado.
—Ya, tranquilo.—le iba susurrando mientras Hunter me miraba apenado al igual que yo a él, estuve en rato con Jyon llorando en mi hombro hasta que decidimos entrar.—Hoy... no vengas.—le dije al muchacho de pelo negro que asintió entendiendo la situación.
—¿Jyon?—preguntó mi madre nada más entrar en casa, se sorprendió al verlo así ya que mi amigo siempre había sido un chico muy valiente y nunca lloraba por nada.
Mamá pareció entender y nos dejó ir a mi habitación sin preguntar nada.
—¿Qué ha pasado?—limpié unas cuantas lágrimas de su rostro al sentarnos en mi cama, el ambiente se quedó en silencio y solo se oían sus sollozos.
—Mamá ha muerto... esta mañana el cáncer ha podido con... con ella y yo... me discutí anoche por una... una gilipollez y no sabe...—no pudo continuar hablando ya que volvió a llorar con intensidad yo abrí los ojos sorprendidos al oír sus palabras y admito que me cayeron varias lágrimas a mi también.
—Pe... pero estaba mejor había mejorado.—susurré mirándolo a lo que él asintió.
—Nos ocultó que había metastatizado a los pulmones y el corazon.—lo abracé llorando.
Su madre siempre había sido como mi madre, y la mía como la suya. Jyon y yo al conocernos desde el jardín de infancia somos como hermanos y la familia del otro es la nuestra.
La muerte de su madre era como la muerte de la mía y estaba en shock, es decir, no podía creerme que ya nunca más volvería a ver a aquella mujer, que era como el sol.
Siempre brillaba, siempre estaba sonriendo, gastando bromas incluso cuando estaba en plena quimioterapia se reía a más no poder, y pensar que ya jamás escucharía su voz me destrozó por dentro.
Hunter🖤
¿Estáis bien?Recibí un mensaje de Hunter que la verdad, no pude mentirle y decirle que estábamos genial.
Liam
No.Hunter🖤
Cuando me digas voy para allí, me tienes para todo ya lo sabes.Sonreí un poco al leer ese último mensaje pero aún así la tristeza me corrompía el corazón y me lo hacía pedazos.
Y así estuvimos un par de horas Jyon y yo, abrazados mientras él lloraba, mientras yo hacía mis máximos esfuerzos por no imitarle porque, dudo que lo que necesitase en ese momento fueran oír los lamentos de otra persona.
Después, ambos dejamos de llorar y nos sumergimos en un eterno silencio, un silencio que no queríamos romper pero que tampoco queríamos que existiese.
No me apetecía preguntárselo pero tenía que hacerlo, tenía que saber cuándo iba a ser su funeral.
—Jyon...—susurré llamando su atención.—¿Cuando es... su funeral?—dije con un hilo de voz.
—Dentro de cuatro días, a partir de las doce del mediodía hasta las ocho de la tarde.—agachó la cabeza y asentí.
—Lo siento.—suspiré.
—No, tú no.—lo miré dolido.—Tú no tienes ningún derecho a compadecerte de mi tú tienes que sentir el mismo dolor que siento yo, por favor... no seas como todos esos hipócritas que se creer que por pedir perdón y darme ánimos este dolor se va a ir.—mientras decía todo eso, su mano apretaba con fuerza su camiseta encima del corazón.
—Jamás.—sentencié poniéndome de pie igual que él y abrazándolo de nuevo.
Lo acompañé a la puerta y se fue ya que necesitaba descansar, miré el reloj... las seis de la tarde. Hoy no iba a ir al entreno y mañana... quizás no iría al partido.
Agarré el móvil y le pedí a Hunter que viniera. Apareció en cuestión de minutos por la ventana y verle me alegró un poco.
Sin preguntarme absolutamente nada, rodeó mi cuerpo con sus brazos y yo cogí con fuerza su camiseta mientras rompía a llorar sobre él.
Ambos nos sentamos en la cama y no sé cuánto tiempo estuve llorando pero llegó un momento en que solamente estaba con los ojos cerrados escuchando los latidos de Hunter.
Él hacía círculos en mi espalda con una de sus manos mientras con la otra me acariciaba el brazo y me iba susurrando que ya pasó, que todo se arreglaría.
Suspiré pesadamente y casi sin ánimos me separé de él bajo su atenta mirada.
—La madre de Jyon...—comencé a hablar.—Hace años que tiene cáncer de mama... desde que mi mejor amigo y yo teníamos siete. Siempre había estado genial incluso ahora con la metástasis, porque nadie lo sabía no se lo había dicho a nadie y eso la ha matado... y ella siempre...—las lágrimas comenzaron a caer de nuevo.—ella siempre ha sido una madre para mi, me ha cuidado cuando la mía no ha podido, me ha alimentado, me ha dado cariño... y ya no esta.—reí intentando parar los sollozos, con un brazo me cubría los ojos.—Ya no está y nunca le agradecí nada de lo que había hecho por mi...
Hunter y yo nos tumbamos y bajo las lágrimas mis ojos fueron cerrándose hasta quedar todo negro, sumiéndome en un profundo sueño.

ESTÁS LEYENDO
Enano [Gay +18]
RomanceSi eres nuevo en un instituto lo único que quieres es pasar desapercibido y con suerte hacer algún amigo. Eso era lo que Liam pretendía pero... ¿qué pasa cuando el chico más temido te habla? ¿O peor aún cuando se convierte en tu mayor soporte? "-Ere...