Capítulo 34

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Hunter se encontraba en su casa con sus, odiosos, familiares hablando entre si. Soltaban algunas carcajadas falsas e incluso daban falso cariño a los padres de chico. Este solamente pensaba en Liam y en el hecho de que llegaba media hora tarde. Le había escrito cinco mensajes, no había visto ninguno; le había llamado dos veces, saltaba el buzón de voz... no se habría preocupado de ser otra persona, pero su pareja destacaba por la puntualidad, siempre llegaba temprano.

Miró a su alrededor, deseaba que llegase el castaño ya que junto a él los momentos pesados se hacían ligeros. Bufó y llamó de nuevo cuando pasaron otros quince minutos.

—Hola, soy Liam Merino, ahora no puedo ponerme pero deja un mensaje después de la señal.

Otra vez el mismo mensaje predeterminado al que tanta manía le estaba agarrando. Aquello apestaba mal, era muy extraño que el novio no diera señales de vida por ninguna parte.

—¿Si ya estamos todos porqué no cenamos?—preguntó uno de sus primos.

—Porque falta mi novio.—sentenció dándoles la noticia.

—¿Eres... gay?—la voz de su tía entró en sus tímpanos con desprecio e incredulidad.

—Bisexual.—corrigió el de cabello azabache.

Soltaba palabras o frases cortas de manera cortante, no tenía un buen presentimiento y aquello lo ponía nervioso. Un escalofrío recorrió su columna de arriba a abajo, se levantó de golpe debido al mal cuerpo que se le había quedado.

Negó varias veces volviendo a escribir a Liam, no tenía nada pero estaba seguro de que algo andaba mal, lo podía sentir. Bajo la mirada preocupada de sus padres comenzó a dar vueltas por el salón con la vista fija en la pantalla esperando algo aunque fuera un "en línea".

Nada.

Había pasado una hora y los adultos decidieron comenzar a cenar ya que se les haría tarde. Hunter se dedicó a quedarse en el sofá observando su móvil. Parecía estar paranoico pero alguna cosa en el le decía que tenía motivos para estar así de exaltado.

—Mama esto es muy raro.—soltó mirándola angustiado, pocas veces se veía así al chico y la mujer se acercó a él.

—Cariño... se habrá quedado sin batería o se ha dormido, hay miles de explicaciones posibles no todo es malo siempre.—intentó calmarlo pero no parecía surgir efecto ya que el hijo se levantó de un salto.

—No, no, no, no. No lo entiendes, le ha pasado algo porque sí mama, porque me lo dice... no se quién cojones me lo dice pero yo lo sé.—intentó explicarse y a pesar de que lo hizo fatal a ojos de sus familiares, la madre pareció entenderle.

—Sea lo que se...—su frase se vio cortada por Hunter.

—Es su madre.—dijo mirando extrañado la pantalla del móvil, no se atrevía a descolgar pero finalmente lo hizo.—¿Si?—preguntó como si no supiese de quien se trataba.

—Hunter...—al oír a la madre de Liam su corazón se aceleró dando profundos bombeos, la respiración se le entrecortó y negó, no le gustaba el tono en el que había dicho su nombre.

—¿Qué pasa?—susurró casi con miedo a hablar, aquella mala sensación que se hallaba en su pecho no iba más que en aumento pero el momento en que la mujer al otro lado de la línea se echó a llorar fue cuando supo que su intuición, por desgracia, era cierta.—¿Dónde esta Liam?—no era lo que quería saber, quería saber si se encontraba bien pero no tuvo el valor de preguntarlo.

La mujer al otro lado de la línea no respondía, solo se escuchaba el llanto de una madre desconsolada que no conseguía producir ninguna palabra. Mientras en el salón de su casa un joven se ponía nervioso por momentos, su pecho se movía rápidamente, sus manos temblaban y su cerebro imaginaba lo peor. Tenía demasiadas preguntas pero ninguna respuesta.

Enano [Gay +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora