Capítulo 22

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Abrí la puerta algo nervioso viendo la sonriente, y perfecta, sonrisa de mi novio. Ya había llegado la hora de ir a comer a casa de Hunter y de que me presentara a su familia.

—¿Preparado?—alzó las cejas observándome.—No estés nervioso, a mis padres vas a encantarles y mis hermanos... bueno, sinceramente no lo sé.—abrí los ojos mordiéndome el labio inferior, acercó su boca a mi oído.—Pero sobre todo, no pongas esa expresión porque van a darme ganas de follarte ahí mismo.

—Hunter...—me quejé avergonzado.—No digas esas cosas.

—Y tú no hables con ese tono, no pongas esa mirada, no aprietes mi camiseta porque solo consigues que quiera encerrarme contigo en la habitación y no dejar de oír tu voz suplicándome que te folle.—susurró sonrojándome, lo aparté de un empujón.

—Vámonos ya.—pedí, no quería calentarme en aquel momento.

Salí de casa cuestionándome todo mi ser. Diablos debí de haberme cortado el pelo por los lados, debí haber escogido otra ropa u otra colonia. Cualquier cosa sería mejor que lo que llevaba en aquel momento, me sentía vulnerable y horrible.

Agarré su mano, entrelazando nuestros dedos, sorprendiéndolo por ello. Ambos sabíamos mi reacio deseo de mostrarle a los demás nuestra relación, pero en aquella ocasión sentía mas la necesidad de aferrarme a él que la opinión de los demás.

Me sudaban las manos, realmente quería causarle buena impresión a su familia y el hecho de ser tan inseguro conmigo mismo no ayudaba en absoluto.

—A ver, no te preocupes tanto.—expiró mirándome.—Ya te he dicho que a mis padres vas a gustarles, y mis hermanos aunque no les gustes no van a ser realmente un problema, ah y son muy distintos.—me tensé.—Mis padres se llaman Tamara y Robert, y los gemelos Eric y Dídac.

Asentí pero al girarme se había parado, ya habíamos llegado. Una casa como todas las demás, excepto por el hecho de que por una de las ventanas se veía la cabeza de un niño pequeño mirándonos detenidamente. Desapareció y al instante volvió a aparecer en frente nuestro abriendo la puerta.

—¡Má, pá! ¡Hunter y su novio han llegado!—aquella aguda voz gritando me puso nervioso.

—¡Hunter!—apareció otro niño exactamente igual que se lanzó a los brazos de mi novio.

—Ven aquí enano.—atrapó al primer niño como pudo y los abrazó a ambos a la vez, pero mientras uno de ellos le correspondía el abrazo el otro solo se quejaba.

—¡Quita! ¡Déjame en paz! ¡Pesado, pesado, pesado!—al final consiguió librarse y se fue corriendo.

—¡Hola! Soy Dídac.—habló el que seguía enganchado al cuerpo de Hunter.—¿Tú eres su novio?—alzó una ceja mirándome.

—Si... me llamo Liam.—me presenté sin saner bien qué hacer.

—¿Porqué estás con alguien tan feo como mi hermano?—la repentina pregunta del otro gemelo me descolocó, era el que se fue corriendo pero había vuelto.

—¿Tú no te habías ido, niño gordo?—le sacó la lengua, picándolo, mi novio.

—Tonto.—sentenció frunciendo el ceño.—Me había ido sin el Dídac.—agarró a su hermano, una vez estuvo en el suelo, de la mano y se fue de nuevo.

—Siempre son así, si Dídac no va con Eric se enfadan.—sonreí, yo era igual con mi hermana de pequeños.

Ambos entramos en su hogar, tenía un decoración muy sencilla la verdad. Algunos cuadros con fotografías de la familia, los muebles justos y todo increíblemente recogido para tener dos niños relativamente pequeños. Observé atentamente una foto donde salía Hunter sonriendo mientras agarraba una pistola Nerf entre sus brazos.

Enano [Gay +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora