Al llegar a casa lo acomodamos todo para comenzar y así lo hicimos. Después de unos minutos nos pusimos manos a la obra, nunca mejor dicho.
Intentamos lo mejor que pudimos preparar la masa e incluso llegamos a colocar el tomate pero, como siempre, tenía que ser interrumpido por algo. O alguien más bien.
Hunter me había lanzado harina en toda la cara y ahora no veía. Me limpié como pude notablemente molesto y me vengué lanzándole a él también y así comenzó la guerra.
Intentaba por todos los medios darle en la cara con la harina pero lo esquivaba y me daba a mi. Lo empujé lo más fuerte que pude contra la encimera y lo miré a los ojos, estaban llenos de brillo.
Se acerco suavemente para besarme pero le estampé mi mano derecha en la mejilla embadurnando su preciosa cara de harina. Abrió sorprendido los ojos y supe que era el momento de huir pero ya era tarde, me había agarrado.
Sus manos pasaron velozmente por mi cintura y me alzaron como si me tratase de una muñeca de trapo, me sentó en el dicho mármol y besó salvajemente mi boca.
Lo seguí con la misma intensidad y dejé escapar un gemido cuando sentí su miembro rozar con el mío. Sus manos viajaron hasta mi trasero que lo apretaron fuertemente dándome cierto placer.
Me moví comenzando a lamer y morder su cuello dejando considerables marcas que no había dejado antes, escuchando sus gruñidos volví a su boca y enrollé mis piernas en su cintura.
Él sin esfuerzo aparente me levantó y caminó con torpeza hasta mi habitación donde me lanzó sobre la cama. Se quitó la camiseta y arrancó la mía. Ambos estábamos jodidamente duros.
Lamí cada parte de su tronco, deleitándome con sus músculos bien definidos. Bajó mi pantalón junto con mis bóxers. Se veía mi erección.
Lamió dos de sus dedos y me los introdujo en el ano, dejándome un tanto incómodo pero a la vez dándome cierto placer. Besaba mis la labios y recorría mi cavidad bucal con su lengua en una lucha por el poder, metió un tercer dedo y lo noté bastante pero no dije nada, seguí tocándole los brazos mientras él dejaba marcas jodidamente visibles en mi cuello. Un cuarto dedo y después de unos segundos se separó.
Se bajó los pantalones seguidos de los bóxers, pude ver a la perfección su pene erecto y sentía que me llamaba a gritos. Sacó de un lugar desconocido un condón que se colocó rápidamente y se posó encima mío.
Yo con las piernas abiertas mirándolo un tanto asustado y él sobre mi sonriendo.
—No aguanto más Liam, me he restringido mucho y no puedo asegurarte ser todo lo suave que necesitas, así que dime ¿Quieres hacerlo?—susurró en mi oído.
No dije nada solo asentí. Hunter colocó su mano firmemente en mi cadera e introdujo el miembro en mi interior lentamente pero sin parar.
Sabía que dolería, pero no esperaba notar pequeñas lágrimas recorrer mi rostro. Cuando estuvo dentro completamente se paró y me observó.
Estaba mordiendo mi labio inferior y mis uñas estaban clavadas en su espalda, unas gotas de lágrimas yacían sobre mis mejillas las cuales limpió dulcemente.
Después de unos tensos minutos, alcé la cadera pidiéndole que siguiera porque sabía que podía enfrentarme al dolor y esperar el placer o joderme.
Se movió suavemente y al poco rato sentí el dolor apaciguarse.
—Joder Liam... estás putamente estrecho.—jadeó en mi oído.—Voy a follarte como nadie lo va a hacer en su vida.—cerré fuerte los ojos cuando sentí absoluto placer.
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Enano [Gay +18]
RomanceSi eres nuevo en un instituto lo único que quieres es pasar desapercibido y con suerte hacer algún amigo. Eso era lo que Liam pretendía pero... ¿qué pasa cuando el chico más temido te habla? ¿O peor aún cuando se convierte en tu mayor soporte? "-Ere...