Capítulo 30

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Abrí mis ojos, notando como mi cabeza era golpeada por martillos; me pesaban los párpados y tenía ciertas náuseas. Me incorporé, sentándome en la cama, pero el momento en que giré la cabeza, salté de tal manera que casi me caigo.

—¿Quién cojones eres tú...?—susurré observando la chica que yacía, semidesnuda, a mi vera.—¿Hunter?—abrí la puerta preguntando su nombre, pero no respondió nadie.

Observé el panorama, recordando, milagrosamente, absolutamente todo lo ocurrido la anterior noche...

•••

Decidí ir al baño antes de empezar a beber, ya que aguantaba poco y no quería mearme encima o algo por el estilo.

—Voy al baño, ahora vuelvo.—les informé sonriente.

—¡Voy contigo! ¡Diablos me estoy cagando!—exclamó Mike corriendo hacia mi.

—Nosotros vamos al jardín, nos vemos cuando... eso.—habló Lis señalando a su hermano, el cual me estaba metiendo prisa.

Ambos aligeramos nuestro paso al baño porque el chico decía no aguantar más, y me obligó a entrar con él porque sino se sentía solo.

—Mike... me caes genial, pero la confianza da asco.—susurré observando la puerta esperando a que acabase.

Me desesperé a los diez minutos, no acababa y ya me estaba muriendo por hacer pis. Me giré y lo miré a los ojos, amenazantemente, para que se diera cuenta de que estaba tardando demasiado.

—¿Quién coño es toda esta gente?—preguntó Mike echando un vistazo una vez salimos del baño, ambos estábamos anonadados hasta que miré el Instagram.

Hacía tan solo quince minutos desde que Naïm había publicado una historia en Instagram, en la cual salíamos todos con las botellas de alcohol, y en aquel período de tiempo comenzó a llegar gente de la nada. Pero gente que no conocíamos de nada, puros amigos del chico que habían esparcido el rumor de "fiesta en casa de Kirian".

Caminé entre la gente, en aquella mansión ya debían de haber por lo menos sesenta personas. Sesenta personas en diecisiete minutos. Solamente rezaba para que todo fuese bien.

Agarré de la mano a Mike, para no separarnos, y comencé a caminar hacia el que supuse era el jardín de Kirian. Aparté varias personas sin piedad, no era el momento de andar tímido, hasta que encontré a todo el grupo reunido bebiendo, como si no nos hubieran invadido un montón de extraños.

—¡Liam! ¡Cabeza truño!—nos saludó Lisbeth contenta entregándonos vasos con alcohol.—No podéis quedaros atrás.—le agradecí con una sonrisa y caminé hasta estar al lado de mi hermana.

—No te emborraches.—dijimos los dos a la vez provocándonos una risa. Los dos sabíamos que si uno se emborrachaba tendría que cuidar al otro, y nos daba demasiada pereza.

Bebí, y además bebí rápido para poder alcanzarlos bebiendo, hasta que Hunter agarró mi mano entrelazando nuestros dedos. Lo miré con ternura, y pude observar el brillo tan característico de sus ojos, un brillo que al principio de todo no tenía.
Acerqué mi cara a la suya y le di un beso lento, quería expresarle cuanto le quería con el cariño, pero tener amigos ahí mirándonos no era cómodo.

—¡No me interesa el porno gay!—exclamó Naïm entre carcajadas, lo que hizo que me apartara repentinamente con un notable sonrojo.

Después de hora y media riendo y hablando, ignorando completamente la gente ajena ya que realmente tampoco interactuaban con nosotros, me di cuenta de que todos estábamos bastante... contentos. Especialmente yo, Lisbeth, James, Luke y mi hermana. De puta madre.

Enano [Gay +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora