Capítulo 33

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Nos encontrábamos en la habitación de Hunter, ambos tumbados sobre la cama y observando el techo mientras charlábamos con nuestras manos entrelazadas. Eran simples momentos del día a día veraniego que me encantaban, solos los dos aprendiendo mas el uno del otro.

—Oye, ¿porqué no cenas aquí esta noche? Por desgracia, viene una parte de mi familia a celebrar el cumpleaños de no se quien.—bufó, se le notaba la molestia en el tono.

—¿Son aquellos que dices que no soportas? ¿Porqué te caen tan mal?—le pregunté girando la cabeza levemente para ver el perfecto perfil de su rostro.

—Digamos que son unos pijos con bastante dinero, son los hermanos de mi madre y nunca les ha gustado mi padre, cuando teníamos problemas económicos no aceptábamos su dinero y no sé, aquello les enfadaba.—me miró.—Son todos unos criticones, para ellos nada está bien y dudo que les guste que yo sea bisexual.—me incorporé rápidamente.

—¿No lo saben?—le pregunté, asintió.—¿Y pretendes soltarles la bomba esta noche conmigo ahí en medio?—asintió de nuevo.—Me niego.

—Venga enano, no me dejes solo con esa panda de buitres.—se movió levemente pasando sus brazos por mi cintura y mirándome tiernamente, besó mi estómago con suavidad haciendo puchero.—Por favor.—susurró.

—Bueno pero deja de poner esa expresión que te como entero.—sonreí juntando nuestros labios.—Mmmh te quiero.—le dije en un tono bajo separándonos unos centímetros.

—Yo más.—me contestó, le mordí el labio y posé mi mano sobre su cara acariciando su mejilla.

—Que asco.—la aguda voz en la puerta nos sobresaltó a los dos, al girarnos vimos a los gemelos que habían ido al parque con su madre.

—Mira Hunter, me he hecho pupa.—Dídac, el más dulce arrugó la nariz y se acercó corriendo a su hermano señalando su rodilla, se lanzó sobre el y lo abrazó con fuerza.

—¿Como te has hecho esto, gordo?—el tono de mi novio cambió a uno extremadamente dulce, no había nada que me gustara más que ver a Hunter tratando con los niños.

—Estaba en el columpio y me he caído.—el pequeño sorbió los mocos y miró a su hermano.—Pero Eric me ha ayudado un poco.

—Claro, porque teníamos que seguir jugando.—se acercó también a mi chico y el gemelo.—¿Hoy vienen la tía Sidney, la tía Charo, el tío Manu y los primos?—preguntó frunciendo el ceño mientras cruzaba sus brazos.

—Sí, a eso de las ocho para cenar, pero creo que también viene Anastasia.—añadió Hunter, yo no sabía quienes eran, solo sabia que eran familiares suyos.

—La prima Anastasia es súper guay, siempre nos regala chuches y juega mucho con nosotros.—Dídac se dirigió a mi con una sonrisa de oreja a oreja.

—Ana realmente es un amor, la única.—me susurró al oído mi novio, dejándome claro que de todos los mencionados era la única que el caía bien, yo asentí comprendiendo.—Por cierto, se va a hacer tarde, ¿te acompaño a casa?

—No hace falta, solo dime la hora a la que tengo que estar aquí y ya vendré yo, es tontería que me acompañes ahora, luego vengas a buscarme y tal... casi que prefiero que me acompañes luego por la noche.—le expliqué levantándome de la cama.

—Sobre las ocho está bien, y al menos deja al menos que vaya contigo a la puerta.—sonrió burlonamente, yo le saqué la lengua y despedí a los gemelos.

—Nos vemos en un par de horas, bonito mío.—le dije dándole un beso una vez estuvimos en la salida.

—Si, te quiero.—me correspondió el beso agarrándome de la cintura.

Enano [Gay +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora