El chico de cabello azabache por los hombros caminaba pisando la maleza observando el, en parte fúnebre pero a su vez, precioso paisaje que yacía a su alrededor. Era la primera vez que visitaba aquel lugar y a pesar de aquello parecía como si su cuerpo supiera a donde ir.
—Hola Liam...—dijo en un pequeño suspiro, con las manos en los bolsillos derrochaba cierta incomodidad y nerviosismo.—La verdad es que no se qué decir, no soy precisamente bueno hablando.—una pequeña sonrisa floreció de sus labios.
Apoyó su mano sobre la lápida en la cual ponía el nombre de Liam, un trozo de piedra con forma acilindrada. Acto seguido se sentó reposando su espalda contra esta, sin importarle si se manchaba los pantalones de tierra.
—Han pasado... ¿once años ya?—preguntó sin esperar respuesta alguna.—Creo que para comenzar primero tengo que explicarte que pasó después de que te fueras...
>>La verdad, no sabría explicarte cuan mal me sentía. Tu funeral fue poco después de tu muerte, recuerdo ver a tu madre llorar, recuerdo a tu hermana aferrada a mi brazo también sollozando, incluso tu padre lloraba... eras una persona muy querida por todos; pero no pude acabar, me tuve que ir cuando estaba dando el discurso y jamás volví. No volví porque ya no quisiera verte, sino porque no pude.
Los días después de aquello fueron negros, muy negros. Me di cuenta de que tú no eras tan solo una pieza clave en mi felicidad sino mi felicidad entera y, he de reconocer que eso no era nada sano. La dependencia emocional que tenía hacia ti casi me lleva al suicidio, imagínate qué tan mal estaba. Corté todo contacto con cualquier ser humano, incluidos mis padres, pasaba los días encerrado en mi habitación casi sin comer, mirando una y otra vez nuestras fotos, nuestros vídeos, leyendo nuestras conversaciones y sobre todo llorando. No pasaba más de media hora sin llorar y como te he dicho antes pensé en el suicidio... en todas las posibles maneras de suicidarme para reunirme contigo pero siempre había algo que me tiraba hacia atrás.
Después de casi dos años sin vida, en los cuales solamente me limitaba a existir, algo llamado destino me hizo encontrarme a tu madre por la calle... mis padres me habían mandado a comprar para que saliese en un pobre intento de ayudarme, y tu madre me vio de lejos. Con felicidad me arrastró hasta su casa, una nueva casa más grande y espaciosa, allí me presentó a su marido... un hombre amable, y a su hijastra, una chica que te hubiera caído bien. Al sentarnos en el sofá a hablar me preguntó que cómo estaba y yo no le supe responder, ¿cómo estaba? No lo sabía. Le conté todo lo ocurrido desde mi desaparición social hasta mis pensamientos suicidas. "Hunter, no puedes dejar de vivir solo porque mi hijo falleciera, ¿enserio crees que a el le hubiera gustado verte así?" me dijo, la verdad es que nunca nada me había marcado tanto. No entendía como tu madre volvía a ser ella, a ser feliz a pesar de tu falta, pero me di cuenta de algo muy importante: ella había intentado pasar página, yo no.
Estuve casi dos años sin pensar realmente que estabas muerto, algo en mi me decía que algún día volverías. Cuando tu madre me recomendó ir al psicólogo, la verdad es que se abrió un nuevo mundo para mi, ¿tener a alguien a quien contarle mis cosas, que me escuche y me ayude? Créeme, jamás había tenido nada así a parte de a ti. Mis padres no disponían del dinero para pagármelo así que tu querida progenitora me lo pagó.
Debo darle las gracias a ella y a su marido millonario que al final es el que hacía la fortuna. Las primeras sesiones fueron una mierda, sentía que no iba a servir de nada y no me apetecía hablar pero después de unas semanas quizás un par de meses comencé a abrirme cada vez más por lo que mi psicóloga pudo ayudarme cada vez más. No voy a decir que fue un proceso sencillo, porque no, pero sí diré que fue más llevadero... podría decir también que me ayudó a vivir.En el proceso de mi recuperación encontré una oportunidad de estudiar para Piloto en el extranjero, en Edimburgo para ser más concretos. En aquellos tiempos yo no trabajaba de nada, tenía veintiún años y ni esfuerzos hacía por encontrar nada por lo que plantearme comenzar a estudiar y encima en el extranjero no fue una decisión fácil. Tu madre, bendita sea, me ayudó de nuevo animándome y pagándome todo lo necesario con una pequeña ayuda de mis padres.
"Cambiar de aires, de ciudad y de todo, en este momento no puede irte mejor; comenzar una nueva vida a veces es necesario para superar ciertas cosas Hunter." Me dijo mi psicóloga una vez le comenté mi proyecto, lo cual únicamente me animó más a realizarlo. Después de tres meses mandando papeleo y de más al fin pude irme y la verdad es que se me hizo muy cuesta arriba. Mi base de inglés era una mierda, hablando claro, y por muy amable que fuese allí la gente, no podía comunicarme además todo lo que tenía que estudiar estaba, claramente, en inglés.

ESTÁS LEYENDO
Enano [Gay +18]
RomanceSi eres nuevo en un instituto lo único que quieres es pasar desapercibido y con suerte hacer algún amigo. Eso era lo que Liam pretendía pero... ¿qué pasa cuando el chico más temido te habla? ¿O peor aún cuando se convierte en tu mayor soporte? "-Ere...