Maratón 3/3
Tras un par de horas, la partida finalizó. Con el equipo contrario ganando.
—Vale, no hemos ganado... pero risas no han faltado tampoco.—dijo sonriente Luke.
—Es verdad... y al final te vengué.—añadió Hunter abrazándome por detrás.—Maté a quien mató al amor de mi vida.
—¡Buscaros un hotel!—el grito de Naïm hizo que me pusiera rojo de vergüenza.
—Desgraciado.—susurró mi novio mirándolo fijamente, muy malamente.—¿Y ahora?
—Ahora llega la última sorpresa del día.—le dediqué una sonrisa entrelazando nuestras manos.
—¿Acaso eso significa que va a haber alguna sorpresa de noche?—preguntó, sabiendo que aquello me iba a sonrojar y sabiendo la reacción que iban a tener sus amigos.
—Uhh a mi eso me huele a...—Naïm hizo un gesto como cuando los perros olfatean.—, afectivamente, me huele a sexo.—comenzó a reír acompañado de Kirian que le seguía el juego.
—¿Podéis callaros de una vez? Todo el rato os escucho aquí, en mi oído bla bla bla.—mi hermana empezó a burlarse de ellos.
—Si quieres puedes escucharme hacer bla bla en otra parte.—vi como Naïm sonreía de lado al tiempo que se acercaba a ella.
—¿Sí? ¿Dónde?—rodé los ojos al ver como Alexa le seguía el rollo.—Dame un ejemplo.
—Pues... donde tu quieras.—rodeó sus hombros con su brazo, acercando muchísimo la cara a mi hermana.
—Pues... en la mierda estaría genial.—lo apartó y se rió.—¿En serio te creías que estabas ligando conmigo? Que tengo novio, por millonésima vez.—se soltó el pelo.
—Bueno, pero que eso no es ningún impedimento.—susurró enfurruñado el mejor amigo de mi novio.
Seguimos caminando hasta llegar de nuevo al metro. Una vez ahí nos sentamos donde pudimos ya que iba bastante lleno el asunto. El corazón comenzó a latirme a mil por hora y es que cada vez estaba más nervioso.
No sabía si lo que le había preparado iba a gustarle, quizás lo odiaba, o lo amaba, o simplemente se aburría. No tenía modo de meterme en su cabeza para averiguarlo así que estar atento a sus expresiones era fundamental, pero no quería parecer un psicópata enamorado.
Si bien todo esto lo hacía por él, y sabia que iba a estarme agradecido, quería que le encantase porque no todos los días se hace uno mayor de edad y había pensado que después de todo lo ocurrido no iría mal algo de alegría al cuerpo.
Escuchaba atentamente la entretenida conversación entre los presentes, que únicamente charlaban trivialmente. Casi tres cuartos de hora después ya habíamos llegado.
Eran las siete y media, justo a tiempo para llegar a lo planeado. Sin explicaciones todos nos comenzamos a dirigir, liderados por mi hermana y yo, a nuestra casa.
—Enano, esta es tu casa.—susurró mi novio un tanto confuso.
—Ahora... hay... a ver...—comencé a jugar con mis dedos a la vez que tartamudeaba, estaba realmente nervioso y temeroso.
—Relájate estúpido, y habla de una vez.—me dijo entre dientes Alexa.
—Hay alguien que quiere verte... está dentro y yo voy a ir contigo...—agaché la mirada, estaba aterrado a cerca de lo que pudiese pasar.
—Vale...—dijo no muy convencido Hunter.
Abrí la puerta y la cerré después de que entrara mi novio, segundos después nos dirigí al salón donde se encontraba cierta persona.
—Margery...—susurró Hunter incrédulo observándola de arriba a abajo.
La chica, de cabello rubio, largo y ondulado; ojos grises; cuerpo delgado y posado en una silla de ruedas, nos observaba atenta con una sonrisa en su rostro. Me fijé en las piernas, estaban mas flacas que el resto del cuerpo, además tenía cicatrices levemente visibles en la cara.
—Hola Hunter.—su voz era calmada, transmitía tranquilidad y confort.—Liam, habló conmigo hace unas semanas explicándomelo que hoy era tu decimoctavo cumpleaños, también me explicó tu historia... sobre todo lo que ha pasado en el instituto, tu radical cambio de actitud, tu aislamiento, y sobre todo lo mal que lo has pasado.
—Yo...—se veía bastante nervioso, jamás había visto a Hunter así.
—Quería decirte, que no te preocupes por mi... no te culpes por aquello que hiciste.—maniobró acercándose a mi pareja.—Ambos nos metimos ahí sabiendo que podría haber consecuencias, yo también he cometido errores pero aprendí a no culparme toda la vida por ello. Si yo, que soy la afectada, no te culpo... no te tengo rencor ni enfado, no te lo tengas tu tampoco.—posó su mano sobre su mejilla.—Después de la pelea, estaba asustada y te eché la culpa, sí, pero conforme los meses pasaban, los años, he llegado a la conclusión de que el odio es un veneno que te va afectando por dentro así que decidí dejar de odiarte... por eso debes dejar de odiarte a ti mismo también.—vi como limpiaba una lágrima que corría por el rostro de Hunter.—Con todo esto, y ya termino, quiero decir que te perdono... porque no me has arruinado la vida, me la cambiaste y he descubierto y conocido nuevas cosas, personas que me hacen realmente feliz.—le hizo un gesto para que se incorporara, ya que mientras Margery hablaba se había arrodillado llorando.
—Lo siento... tanto.—la abrazó, y ella le correspondió.
Observé como ambos lloraban, después de tantos años sufriendo por fin habían podido hablar, se abrazaron con fuerza soltándolo todo y tras unos minutos se separaron.
—Gracias.—me susurró Hunter mirándome, yo me limité a sonreírle.
—Liam, creo que ya es hora de comenzar.—Margery se secó las lágrimas y me dirigió la palabra.—Venga, un poco de ánimos.—asentí ante su petición.
Me dirigí a la puerta y en los veinte minutos que habían estado solucionando las cosas, los chicos habían ido a comprar alcohol ya que íbamos a celebrar una fiesta en casa de Kirian que, sorprendentemente, era... lo que viene siendo rico y tenía una casita con piscina que era la hostia.
Tanto Hunter, como Margery como yo salimos de mi hogar, después de despedirme de mi madre que estaba en su habitación viendo el you tube, y fuimos con los chicos y Alexa, además de Mike, Lisbeth, Ariel y James con los cuales había contactado para que vinieran también.
—¡Que empiece la fiesta!—gritó Lisbeth, como si fuera su casa, una vez llegamos al hogar del ya nombrado.
Aquello se iba a descontrolar.
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Enano [Gay +18]
RomanceSi eres nuevo en un instituto lo único que quieres es pasar desapercibido y con suerte hacer algún amigo. Eso era lo que Liam pretendía pero... ¿qué pasa cuando el chico más temido te habla? ¿O peor aún cuando se convierte en tu mayor soporte? "-Ere...