Capítulo 19

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Llegué a casa bastante confuso. Estaba comenzando a plantearme si de verdad Hunter quería o no mantenerlo en secreto ya que no dejaba de mirarme con pena y molestarse por no poder tocarme en público.

—Liam.—me llamó mi madre, fui hasta donde ella estaba extrañándome por la maleta que yacía a su lado.—Escucha me voy con mi novio de viaje a las Canarias toda la semana, volveré el domingo por la noche así que te quedas solo.—sonreí en mi interior.—No quiero fiestas, que no vas a hacerlo porque eres un antisocial, pero tampoco quiero que te metas en líos ¡ah! Y toma esto antes de que se me olvide.—me entregó una caja de condones, no pude evitar ponerme rojo.—Recuerda hacerlo con protección, te quiero.

—¡Mamá soy virgen!—protesté lanzando dicha caja al sofá.

—Cariño... vas a estar una semana solo en este casa y seguramente venga tu novio.—me dedicó una sonrisa.—Asegúrate de comprar lubricante.

Caminó hacia la puerta rápidamente dejando mi ser allí petrificado por las palabras de mi madre. ¿Iba a dejar de ser virgen? Seguramente.

—¡Eres una pervertida!—grité escuchando un lo sé de su parte antes de cerrar la puerta.

Suspiré dejándome caer sobre el sofá pensando en qué íbamos a hacer Hunter y yo. Si realmente lo hacíamos... debía estar preparado.

Yo era muy virgen y él muy... poco virgen y tenía miedo a que no le gustara como lo hacía y me dejara o se burlara.

Realmente era muy inseguro en cuanto a mi mismo y seguía sin creerme que alguien tan especial como Hunter hubiera llegado a querer a alguien tan normal como yo.

Lo quería más de lo que podía admitir y sentía pánico a no ser correspondido con la misma intensidad, no me importaba tener que hacerlo con un hombre... más bien me importaba hacerlo con él, con Hunter.

Sabía que no iba a hacerme daño ni físico ni emocional pero aún así pensar que a él pudiera no gustarle como lo hacía me ponía de los nervios.

—¿Enano?—comencé a escuchar una voz en la lejanía.—Eh, amor despierta... venga arriba.—el susurro de un chico hizo que abriera los ojos, me había quedado dormido.—Ahí estás.—sonreí nada más reconocerlo.

—Hola.—me incorporé dándole un suave beso en los labios, pero fruncí el ceño.—¿Cómo has entrado, estúpido pervertido?

—Por la ventana.—soltó una sonora carcajada.—Como siempre.—quería parecer molesto pero una sonrisa asomó en mis labios.

—Dime, ¿cuáles serán los planes para esta hermosa semana en la que voy a estar solo?—pregunté tumbándome encima de él.

—¿Tu madre no va a estar?—alzó las cejas, negué.—¿Y hace falta que diga lo que vamos a hacer?—rió fuerte dejándome sonrojado pero al ver que no reía se calló.—Eh venga, sabes que no voy a hacer nada hasta que tu no quieras... no tengo prisa.

—Ya lo sé, pero Hunter eres humano y sé que no eres precisamente la Virgen María—lo miré de reojo.—, tarde o temprano te cansarás de mis esperas porque sinceramente no se cuando voy a estar preparado y me atormenta—me estaba sincerando completamente con él porque sentía que ambos lo necesitábamos.—... me atormenta el hecho de pensar que me dejes por no ya sabes, hacerlo.

—¿Pero qué tonterías dices, Liam?—levanté la mirada.—Eres la única persona en este mundo que ha conseguido hacerme feliz en tan poco tiempo, vamos a ver... me da igual si no quieres acostarte conmigo porque con tenerte aquí me basta.—hundí mi cabeza en su pecho avergonzado.

—Lo siento—susurré absorbiendo su aroma con mi nariz.—, por dudar de ti.

—No te preocupes.—me dedicó una sonrisa y depositó un suave beso en mi frente.—Ahora pequeño, vamos a ver una película que dan.

—¿Has venido solo por la película?—pregunté ofendido.

—¿Tú sabes lo difícil que es ver algo en la tele con dos hermanos pequeños?—reí negando.—Pero bueno que también he venido por ti eh... un poquito.

—Me parece bien.—me levanté y me senté a su lado encendiendo dicho aparato.—¿Qué película es?

—El d... a.—susurró apartando la mirada.—El di... oa.—repitió al volvérselo a preguntar.—El Diario de Noa.—alzó la voz por última vez dejándome desconcertado.

¿Le gustaban las películas románticas de drama? Juro por todos los dioses que no pude aguantarme la risa en ese momento.

—¿El Diario de Noa? Es la maldita película favorita de mi hermana.—intenté decir mientras limpiaba las lágrimas que brotaban de mis ojos.—¿Al temido e implacable Hunter Wolfgang le gusta El Diario de Noa?

Un escalofrío recorrió mi espalda al notar su mirada sobre mi, una mirada no muy agradable. Dejé de reír y traté de verme todo lo serio posible.

—¿Sabes? Pensaba que tú no te reirías de mis gustos, pero veo que estaba equivocado.—dijo cortante, un nudo se depositó en mi garganta ¿Realmente se había enfadado?—Nah, es broma, sol quería ver que cara ponías.—comenzó a reír dejándome con cara de póker.

[•••]

Después de ver la película, ambos decidimos ir  a comprar al Súper lo necesario para hacer una pizza porque nos aburríamos.

Caminando por la calle noté el dedo meñique de Hunter rozar el mío pero esa vez no me importó entrelazar nuestras manos... realmente me apetecía a pesar del miedo a que nos reconociera alguien no desparecía.

Noté una corriente recorrer mi columna vertebral e instintivamente solté su mano desconcertándolo pero suspiré al ver de lejos a Jyon, solo era él.

Al verme, corrió como si su vida dependiera de ello y se abalanzó sobre mi... solo hacía unos días que nos habíamos visto y estaba literalmente ahogándome.

—¡Mi eterno amor! Te he echado de menos.—dijo fingiendo llorar.

Una mano apartó rápidamente a mi mejor amigo de mis brazos y me acercó hacia otro cuerpo más grande y musculoso que me apretaba con fuerza.

—Hola, soy Hunter Wolfgang ¿y tú?—utilizó el tono que utiliza con cualquier ser vivo que no es amigo suyo, ese típico tono que te congela pero Jyon ya estaba advertido sobre mi novio y sus actitudes así que no se dejó intimidar.

—No, no ¿quién eres tú?—cruzó sus brazos y Hunter apretó más el agarre, y supe que era el momento de parar porque realmente se estaba cabreando.

—Hunter, él es Jyon... mi mejor amigo, te he hablado de él.—susurré con una sonrisa notando como cada uno de sus músculos se relajaban.

—Oh... cierto, tu eres el chico del porche.—frunció el ceño.—Bien.

—¡Eres enorme! Y guapo...—las palabras de Jyon me hicieron sonrojarme.—¡Sabes elegir bien, hermano!

Yo no podía estar más avergonzado, mi mejor amigo halagando al egocéntrico de mi novio en medio de la calle. Genial.

Ambos se pusieron a charlar ¡A charlar como si se conociesen de toda la vida! Y yo no podía estar más desconcertado y abrumado. No entendía nada de nada.

—¡Bueno parejita!—llamó nuestra atención Jyon.—Me voy a casa, utilizad protección.—me quedé congelado totalmente enrojecido mientras se iba corriendo.

Hunter tiró de mi camiseta indicándome que caminásemos y así lo hice, por unas horas había olvidado que seguramente perdería mi virginidad con mi novio a lo largo de esa semana. Y ahora no dejaba de imaginármelo y realmente me estaba poniendo nervioso pero a la vez me moría de las ganas.

Al final decidimos comprar lo necesario para hacer dos pizzas de queso y carne y nos fuimos de nuevo para casa.

Pero hablando claro, cuando dos personas que se quieren se proponen cocinar... Acaban haciendo de todo menos eso.

Enano [Gay +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora