Ella es Elly, y quiere hablarles acerca de la vida con un padre estricto. Dicen que ser padre es un trabajo duro, y algunos de ellos hacen un trabajo perfecto. Pero otros, no. Y luego está la madre de Elly. Ella se tomó el asunto de la maternidad con demasiada seriedad, tanta que a Elly le daba miedo.El papá de Elly murió cuando ella tenía apenas dos años, y no lo recuerda para nada. Su mamá era muy joven, tendría 23 o 24 en ese entonces, y no había literalmente nadie que la ayudara, ya que era huérfana. Pero hay que felicitarla: su autocontrol y su disciplina son admirables. Se las arregló para conseguir trabajo y criar una hija, y nunca se quejó. ¿Cómo logró ordenar su vida sin ninguna ayuda? Ella es de ese tipo obsesivo de persona que se propone ser excelente en todo lo que hace. Era una estudiante de notas perfectas en la escuela y la mejor en la universidad. Luego quedó embarazada y Elly nació, pero su vida estaba bien planeada: la idea inicial era que, una vez que su hija creciera un poco, regresaría a sus estudios y se convertiría en abogada. Elly está segura de que habría sido muy exitosa. Lamentablemente, su papá murió, y ella debió reinventarse, buscar trabajo y olvidarse de los estudios.Aquí es donde termina la historia de su mamá y comienza la de Elly. Siempre ha sido una chica normal, 100% similar a cualquier otra persona del planeta. Pero eso no era suficiente para su mamá. Elly tenía 5 o 6 el día en que su mamá se molestó mucho y le explicó con claridad que esperaba que fuera obediente y tranquila, y que hiciera todo lo que ella decía. Suena a algo muy normal, pero deberías haber visto la mirada que su madre tenía en ese momento. Le dijo que ya tenía muchos problemas y que no quería que Elly agregara otros. Así comenzó su vida superdisciplinada. No tenía permitido meterse en problemas. No podía poner peros a lo que le dijeran. Siempre debía ser ordenada, minuciosa, precisa y puntual. Solo podía obtener las mejores calificaciones. ¿Y qué ocurría si fallaba? Bueno, nada terrible: solo la miraba fijo y le decía con calma que estaba muy decepcionada. Como te debes imaginar, es horrible que tu mamá te diga algo así. Si Elly cometía un gran error, su mamá la castigaba, le prohibía ver televisión o alguna otra cosa así. Si cometía un error enorme, recibía un trato especial.No parece tan terrible, no era abuso ni nada parecido. Pero era una presión que Elly no podía soportar. Ella no era perfecta, no era lo suficientemente buena en la escuela y no estaba a la altura de las expectativas de su mamá. No solo la castigaba por hacer algo malo, también por dar lo mejor de sí y fallar. No creas que solo hubo tormento en la vida de Elly. Su mamá es muy amorosa, le daba mucha atención y amor. Hasta que en algún momento Elly volvía a cometer un error. Esta montaña rusa le provocaba mucho estrés. Sin embargo, hay algo bueno en tener un padre estricto. En un momento comienzas a notar que eres más organizado y responsable. Esa es la fortaleza de Elly. Pero, cuando llegó a la adolescencia, tenía mucha frustración dentro: su mamá le decía cuáles de sus amigos aprobaba y cuáles no, qué debía hacer o pensar. Y, por supuesto, nada de chicos. No se puede tratar así a una adolescente, ¡ella no era una niña! Pero aún no lograba enfrentarla. Lo que hizo en su lugar fue meterse en el equipo de vóleibol y convertirse en la atacante más fuerte del equipo; descargaba toda su frustración en cada ataque.A los 16 llegó el momento de hacer algo. Un día, su mamá le prohibió salir con sus amigos. No dio otra razón más que un "dije que no". Fue entonces que Elly decidió hablar con ella, había llegado el momento de hacerse respetar. Le dijo que tenía 16, que era una persona responsable y madura, y que podía decidir por su cuenta qué estaba bien y qué mal. Le dijo que no era perfecta y que entendía que su mamá quería verla triunfar y cumplir las ambiciones que había tenido que posponer en el pasado. Pero ya era suficiente. Pronto iría a la universidad. Terminó gritando "¡déjame tranquila y ocúpate de ti misma!".Fue duro. Su mama puso la expresión rígida que siempre hacía. Pero ya no afectaba a Elly.