Ella es Amy, y su historia no tiene un final feliz. Sin embargo, ella espera que tarde o temprano todo salga bien.Amy conoció a su novio, Alex, cuando solo tenían catorce. Iban a clases de piano con el mismo profesor, así que se veían en su casa varias veces por semana, en el momento en que la clase de Alex terminaba y la de Amy estaba a punto de comenzar. Durante los dos primeros meses, ni siquiera se sabían el nombre del otro. Pero con el tiempo tuvieron una o dos pequeñas conversaciones, luego se escribieron, ¡y pronto ella se dio cuenta de que estaba enamorada!Sintió que ella también le gustaba a él, así que comenzaron a salir. Pronto se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Amy sabe que muchos adolescentes dicen eso después de pasar dos semanas juntos y que en realidad ese no es el caso. Pero después de unas cuantas semanas de relación, ni siquiera necesitaban hablar para saber qué sentía el otro. Amy estaba convencida de que había encontrado a su alma gemela, aún lo está.De todas maneras, los dos tienen dieciséis, no podrían casarse... Eso fue lo primero que le preguntó a Alex, aun llorando de la felicidad. Él dijo que pasarían a estar comprometidos. La idea era esperar un año y medio, preparar todo y casarse el día que Amy llegara a los dieciocho. A ella le pareció algo hermoso.Y ahora nos acercamos al problema. Los padres de Amy no tenían ningún problema con la relación de su hija, los dos querían mucho a Alex, siempre estuvieron muy felices de verlo y recibirlo. Lo mismo ocurría con los padres de él. Los dos son artistas y le parecen personas asombrosas, al parecer la quisieron desde el primer momento. Y Alex dijo que los dos apoyaban su idea de proponerle matrimonio.Pero, sabes, a ella le daba un poco miedo decirle a sus padres. Le llevó varios meses prepararse para tocar el tema con su mamá, porque... bueno, no sabía cómo reaccionaría.Por supuesto, su madre se sorprendió mucho con la noticia, pero tampoco se opuso. Al principio creyó que el plan de Amy era casarse YA MISMO, pero ella le explicó la idea. Amy sintió que su madre se alegró bastante. A ella no le gusta mucho demostrar sus emociones, Amy no puede imaginarla saltando por la habitación y rebosante de alegría. Pero se mostró positiva y le habló de responsabilidad y de cómo debía estar segura de sus sentimientos... En ese momento no le gustó que su madre fuera tan racional, pero ahora entiende que son cosas que las madres dicen.Amy sabe que su mama la comprende y la apoya. Después de todo, ella solo tenía veinte años cuando se casó con su papá, y él tenía veintiuno.Pero las dos saben que a su papá no le gustan mucho las noticias. La mamá de Amy sugirió que hablaran con él para prepararlo. Amy le dijo que había decidido decírselo en persona.A lo largo de la semana siguiente, Amy estuvo demasiado asustada como para iniciar la conversación. Mientras tanto, Alex y ella pensaban en los invitados, el lugar, la ceremonia, el vestido... Tienen mucho tiempo, ¡pero quieren que todo sea inolvidable!Un día, mientras Amy cenaba con sus padres, decidió hablar. Intentó sonar lo más firme y segura posible, y dijo: "Alex y yo decidimos casarnos". Y luego... después de una larga pausa... su papá se rio. ¡Creyó que era una broma!De pronto, miró a su esposa y se dio cuenta de que lo decía en serio. Guardó silencio durante unos diez segundos... y luego explotó. Amy no quiere recordar mucho de ese momento, pero en pocas palabras, dijo que primero debía terminar la universidad, lo cual le llevaría otros cuatro años o más, y que con el tiempo verían qué tipo de muchacho era Alex... Amy creía que se llevaban muy bien, pero obviamente era solo una ilusión suya. "¡Y una vez que termines la universidad", gritó él, "seguirá siendo muy pronto!".Amy se angustió mucho y lloró...