Mi prima intentó robarse mi vida

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¡Hola a todos! Me llamo Kim. Hace poco me ocurrió algo horrible, y necesito del apoyo y los consejos de ustedes. Puede que lo que voy a contarles les parezca extraño, pero... me robaron la vida.Todo comenzó el verano pasado. Mi prima segunda, Karen, vino a visitarnos. De hecho, era la primera vez que salía de su pequeño pueblo natal, así que estaba muy entusiasmada. Se quedó en nuestra gran casa, y yo estaba muy feliz de compartir mi habitación con ella. Al principio, ¡todo era genial! Llevaba a Karen conmigo a todas partes y le mostraba cómo era la divertida vida de una chica de ciudad. Conoció a todas mis amigas, le enseñamos a seguir las últimas tendencias de la moda, fuimos juntas al spa, le demostramos que la comida rápida no sabía nada mal e inclusive le dijimos que hablara con un chico que le gustaba. Le presté algo de ropa y maquillaje para que pareciera una más de nuestro grupo. Sabes... me sentí muy orgullosa de mí misma cuando vi cuán feliz estaba ella por el cambio repentino en su apariencia.Aunque había algo en Karen que me molestó desde el primer momento: era una persona muy servicial, por así decirlo. En un punto, mi mamá comenzó a compararnos: me preguntaba por qué no era tan atenta como Karen, por qué no era tan amable como Karen, y otras cosas parecidas. Lo hacía tan a menudo que la predisposición de Karen se volvió una molestia para mí.Como sea, esas semanas se terminaron pronto, y Karen regresó a casa con lágrimas en los ojos, diciendo que no quería dejarme. Yo también lloré y le prometí que la extrañaría, aunque también me entusiasmaba la idea de recuperar el cuarto para mí sola. Incluso nos escribimos durante el resto del verano. Karen me envió una foto después de haberse hecho un nuevo corte de cabello. Ahora se parecía mucho a mí, cosa que me pareció extraña, pero bonita. Desde la computadora nada parecía sospechoso. Pero un día, cuando el año escolar estaba por comenzar y regresé a casa después de una película con mis amigas, mamá me dijo que había una sorpresa esperando escaleras arriba.Era Karen. Me alegré mucho de verla, pero también me pregunté por qué había regresado si tenía que prepararse para el último año de escuela. Me dijo que había otra sorpresa: planeaba estudiar en la misma clase que yo, así podríamos graduarnos juntas. Resultó que la vida de ciudad le había gustado tanto que les había rogado a sus padres que la dejaran regresar. Me sentí feliz por ella, supuse que la vida en su pequeño pueblo debía ser muy aburrida.Desde el primer día de clases, Karen intentaba seguirme a todas partes y comportarse como yo. Después de un tiempo, noté que copiaba todos mis movimientos, mi forma de caminar, mi sentido del humor y otras tantas cosas. Hasta comía de la misma manera que yo. Por ejemplo, cuando llegó a la ciudad, comía todo lo que ella quisiera, pero ahora contaba las calorías. También dejó de comer cerdo, y hasta comenzó a quitarle la piel a las manzanas, cosas que yo hacía. De pronto, Karen, esa chica tímida y amable, había desaparecido por completo. Ya no era nada tímida, especialmente cuando salíamos con mis amigas.Un día ocurrió algo indignante. Encontré a Karen hablando por teléfono y organizando un encuentro con alguien. Cuando le pregunté a dónde iba (y, más importante, a dónde iba sin mí), me respondió que se encontraría con Emily. ¡Mi Emily! ¡A mis espaldas! No podía dejar que hiciera algo así. Decidí preguntarle sin rodeos qué estaba intentando hacer con mis amigas, y puse un énfasis extra en la palabra "mis". La sonrisa de Karen se volvió más amplia. Me dijo que también eran sus amigas y que yo misma se las había presentado, así que no debería preocuparme si la preferían por encima de mí. A menos que me sintiera menos interesante que ella, agregó. Y luego se fue. Me quedé sola, en medio de la habitación, con una sensación profunda de que había creado un monstruo.

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