Perdí mi peluca y todos mis amigos vieron que estaba calva

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¡Hola, gente! Soy Brianna. Y esta será una historia llena de lágrimas, miedo, ira y... cabello. Y de verdad espero que al decirlo no solo sea capaz de sacármelo del pecho, sino también lo que es más importante: podría inspirar a otras personas a vivir sus vidas al máximo.Todo comenzó hace cerca de un año. Eran mis últimos dos meses de la preparatoria y estos estaban llenos de estrés, ¿sabes?, por estudiar para los próximos finales, una situación muy poco clara con las universidades, y un largo etc. Aparte de eso, mi novio había terminado conmigo recientemente debido a mi peso, según él. Lloré por él cerca de una semana. Fue tan estresante que incluso me puse en una dieta estricta y siempre me sentía mareada. Estaba decidida a perder unos cuantos kilos para lucir perfecta el día del baile de graduación y para que ese imbécil egoísta viera lo hermosa y feliz que era sin él.Pero en algún momento me di cuenta de que, junto con los kilos de más, también estaba perdiendo mi pelo. Quiero decir, había estado perdiendo un poco antes, especialmente mientras lo cepillaba, pero esta vez no quedaban solo como unos 10 pelitos en el cepillo, sino todo un montón de ellos. Al principio no la pensé mucho y decidí que seguro sucedía debido a mi nuevo champú, una especie de reacción alérgica, o algo así. Así que, simplemente dejé de usarlo y comencé mi propio tratamiento de acuerdo con algunas recetas de blogueras de belleza. ¿Sabes?, mi cabello en realidad comenzó a verse mejor, estaba muy brillante y saludable, pero aun así se seguía cayendo.Entonces empecé a investigar en Internet por qué perdía mi cabello y cómo podría detenerlo. Adivina lo que encontré como la primera causa: el estrés y la desnutrición. Esto no puede ser verdad, pensé. Solo en términos de mi carga de trabajo y mi programa de estudios, no había forma de aliviar mi estrés, esto sin mencionar otras cosas que igual me estresaban. Si ese fuera el caso, estaba destinada a seguir siendo gorda y sin cabello, ¿verdad? Tenía que haber otra manera de resolver mi problema, pensé. Y cuando sentí un punto calvo del tamaño de pequeña moneda en la parte posterior de mi cabeza, me asusté completamente y decidí pedirles ayuda a mis padres. Finalmente, resultó que tenía algo que se llama alopecia, una enfermedad incurable con un curso impredecible. Eso significaba que estaba a punto de perder todo el pelo de mi cabeza y nadie podía prometer que volvería a crecer.Esta noticia me mató. Todo el camino a casa desde el hospital estuve en silencio. Estaba en shock. Durante los primeros días estuve en negación, supongo. Simplemente no podía creer que esto de verdad me estaba sucediendo. Lloraba todo el tiempo, preguntándole al universo, "¿Por qué yo?" Por supuesto, me compadecía de mí misma. Fue horrible. No quería ver ni hablar con nadie. Nadie era capaz de entenderme y pensaba que probablemente me verían como un fenómeno. Cada noche rezaba para que mi pelo regresara. Incluso prometí nunca cambiarle su color, o rizarlo, ni siquiera cortarlo, y nunca involucrarlo en nada. Pero ese acuerdo no funcionó.Llegó el momento de regresar a la escuela, junto con mi nueva rutina diaria de visitar médicos, y aplicar varias cremas, espumas y de todo. Mis padres inclusive me llevaron a probar la acupuntura, pero nada me ayudaba. Simplemente siguió cayéndose, pero probablemente a un ritmo ligeramente menor. Trataba de ocultar mi problema de cualquier manera posible, como usar gorras de béisbol, pañuelos o gorritos. Al principio, todos pensaban que yo era una seguidora de las modas nuevas, pero hasta mis amigos se cansaron de mi eterno gorro. Entendí lo patético que era mi intento de ocultar mi problema cuando una vez mi amiga Elisa juguetonamente me tocó el pelo...

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