¡Hola a todos! Me llamo Hope, y canto como Miley Cyrus, bailo como Lady Gaga y soy más bonita que Kendall Jenner. Para ser precisa, mi mamá quiere que sea todas esas cosas. Pero, en realidad, tengo problemas para justificar mi nombre, "esperanza" en inglés.Desde los cinco años, mi mamá me obligó a ir a distintas clases para hallar mi talento y convertirme en una estrella. Pero, tras unas pocas semanas, ¡sorpresa! Descubría que no era tan talentosa. Así que mamá me sacaba de ese sitio y me llevaba a otro. Y, al mes siguiente, sucedía lo mismo. Esta es una breve lista de todo lo que hice antes de los 14 años: danza, música, pintura, gimnasia artística, cantar, un poco de patinaje artístico, unos dos meses de teatro y mucho más. Podría haber tenido éxito en alguna clase si mi madre hubiera sido un poco más paciente.Después de pasar por una docena de clases, mamá comenzó a molestarse, pero ese fue el momento en donde los programas de televisión para niños "talentosos" llegaron al rescate. Ahora ella tenía la esperanza de que su pequeña Hope lograra convertirse en estrella. Es raro decirlo en voz alta. Desde ese momento asistí a una infinidad de audiciones, pero me rechazaron en La Voz porque no canto muy bien. Me echaron de World of Dance porque soy una terrible bailarina. Y ni siquiera me tomaron en America's Got Talent porque, obviamente, no tengo ningún talento. Se me ocurrió que quizá debía cambiarme el nombre a "Hopeless", o "sin esperanza". Suena mal, pero las cosas quedarían más claras de esa forma, y no habría expectativas ni quejas.El punto de quiebre llegó en una de las audiciones. A decir verdad, ni siquiera recuerdo para qué era. Naturalmente, me rechazaron. Pero también dijeron: "Primero tendrá que asistir a una escuela de modelos". Oh, esa frase encendió los ojos de mi mamá. "Hope, ¡eso es justo lo que necesitas!". Al día siguiente me encontré rodeada de personas nuevas en una escuela de modelaje.Debo decir que me iba muy bien. Pensaba: "¿Qué? ¿Solo tengo que caminar en un escenario? ¿Acaso viste las cosas que tuve que hacer antes? ¿Y ahora solo debo moverme correctamente? Ja ja, ¡denme un escenario y caminaré sin problemas!".Pronto comencé a participar en muchos concursos de belleza, y me gustó. Para ser más precisa, me gustaba la atención que recibía en la escuela después de las competencias. Mamá estaba mucho más apasionada al respecto. Se preocupaba muchísimo por cada concurso y se ponía nerviosa una semana antes de que comenzara. No me dejaba comer chocolate. "Hope, no entrarás en tu vestido", decía. No podía salir a caminar: "Hope, tienes que pasar más tiempo preparándote". Ni siquiera podía comunicarme con mis amigos: "Hope, ¡quiero controlar tu vida aún más!". Era una pesadilla para mí y un placer para mamá. Su comportamiento me parecía muy raro, considerando que no gané ni un solo concurso. Yo era simplemente una chica que se desempeñaba bien y nada más. Pero después de cada participación, mamá quedaba radiante de alegría, y yo quedaba libre de sus entrenamientos durante un par de semanas. Llegó el invierno y las vacaciones comenzaron. Oh, ¡qué momento tan feliz! Podría salir con mis amigos y divertirme todo el día. O habría podido, ¡de no ser porque debía participar en otro estúpido concurso! Quería salir un poco, ¡pero mamá había perdido la cabeza! ¡No me dejaba hacer absolutamente nada! Discutimos y se me agotó la paciencia. Ella gritó: "Esta vez es diferente, es una competencia muy importante. ¡Elegirán participantes para "Señorita Estado"!". Y yo respondí: "Siempre es algo diferente y siempre es importante. ¡Llevo una semana sin salir de la casa! Si esta es la vida de una modelo, ¡olvídalo! ¡Participa tú en el concurso!". Corrí a mi cuarto y cerré la puerta. Pero no iba a quedarme tranquila en casa. Me vestí, corrí a la ventana y salté a un montículo de nieve.¡Estaba tan feliz de haber salido!