El Amigo De Mi Hermano (Sasunaru)

Felicidad

Sus manos temblaban a más no poder, era una sensación que hacía mucho tiempo no sentía. Y el mismo nerviosismo del momento, mezclado con miles de emociones, se entrometieron  para que el saliera corriendo, dejando al azabache tan deseoso.

Sentado en el retrete trataba de calmarse.

De igual modo, no podía entregarse al azabache tan pronto. Podría pensar cualquier cosa, no no no, no dejaría que pensará que era un facilucho de cuarta.

Lavo su cara, y se quedó mirando su reflejo enfrente al espejo.

Luego de un rato, junto valor y salió del cuarto de baño, con la esperanza de que el azabache no estuviera más ahí, pero para su mala suerte el seguía ahí.

Lo miro de punta a punta para luego parase de la cama, tan expresivo como un árbol. Se fue comenzando a acercar a Naruto, quien entre su shock, intento darse vuelta y así irse nuevamente al cuarto de baño, pero el pelinegro lo evitó tomándolo del brazo y atrayendo lo hacía el.

—¿Porque huir? —Lo miro lascivo.

—Se lo que quieres de mi....no te lo daré tan fácil Sasuke —mascullo con un puchero en su rostro desviando la mirada.

—¿Si? ¿Y que es lo que quiero de ti? —No despegó la mirada del rubio ni expreso ninguna emoción, por mas tierno que le pareciera en aquella situación.

—Quieres tener sexo conmigo—Susurro casi inaudible.

—Naruto, sabes que no es lo único que quiero de ti, no sé porque te pones rudo. Aparte, ya fuiste mío una vez. ..

—Si, y al día siguiente me dejaste solo —Sasuke vio como los ojos del rubio se volvían Cristalinos.

Mierda, tenía razón.

—Perdon, sabes que fue por tu madre... Aúnque eso no justifica nada... Me gustaría remediar ese error. ¿Podría hacerlo?—tomo con delicadeza el rostro del menor en sus manos, haciendo que lo mirará a los ojos y viera la sinceridad que enmana de ellos, ante aquella propuesta.

—Yo... Creo que sí. ¡pero no aún! —chillo—. Vete, me voy a cambiar.

—No me iré, no te dejare solo una vez más. —Sonrio—. Somos hombres , tenemos lo mismo, conozco partes de ti que siquiera tú conoces Naruto. ¿Porque tenerme vergüenza?

—Solo porque si, al menos ,no mires! —Se sonrojo

—Ve a hacer lo tuyo. Hazlo frente mío y no te preocupes por mí.

—Pero... —Sasuke lo cayó con un beso.

"Le das la mano y te agarra el cuerpo entero" pensó el rubio.

—Debo recuperar el tiempo perdido contigo, no hay tiempo para lamentos. Toca hacerte feliz.

Sin decir nada más, Naruto tomo la ropa que Deidara le había prestado, se despojo de su toalla con el rostro Rojo. Y se colocó la camisa, seguido del pantalón, ante la atenta mirada del azabache quien se moría de ganas de tomarlo entre sus manos y hacer las mil y una cosas que siempre soño hacerle, pero solo se contuvo a observarlo hasta que estuvo completamente vestido.

Bajaron a comer, y al terminar, luego de una charla grupal entre los cuatro, todos fueron a dormir.

—Te propongo que vayamos a mí hotel. —Solto de la nada el azabache.

—¿Que diferencia hay? —pregunto el rubio mientras acomodaba la cama

—Esta Rayden... Y posiblemente me esté esperando.

—Cierto...

—¿Que dices pequeño? ¿Vamos?

—Suenas como un pederasta —Se rio.—Creo que no tengo otra opción que aceptar.

Ambos salieron de la casa directo al auto de Sasuke estacionado en la calle, obviamente, todo esto sin hacer el mínimo ruido para no despertar a sus hermanos.

Arrancaron el auto y Sasuke conduzco hasta la localidad de Minato, llegando a su departamento.
En tan poco tiempo, Naruto se durmió en el auto, causando mucha ternura al pelinegro, quien tuvo que penosamente desperarlo.

—Hey Naruto, llegamos! Despierta dormilón. —Susurro mientras lo movia de un lado al otro.

Un poco adormecido, el rubio despierto mientras frotaba sus ojos , un poco confundido. Pero no tardó mucho en darse cuenta de lo que pasaba y sonrió.

—Perdón, me dormí —rio con un pequeño sonrojo.

Sasuke sonrió y de inmediato le tendió su mano para irle guiando fuera del carro. Obviamente, fue tomada apenas fue ofrecida.

—Las playas de estacionamiento siempre dieron miedo —Muscullo Naruto, mientras ambos caminaban entre los autos.

—¿Porque? —Rio Sasuke ante ello

—Piensalo, es el escenario perfecto para cualquier crimen. Desde un robó, asesinato hasta secuestro —Dijo casi temblando.

Sasuke lo miro y sin ninguna duda, lo coloco frente a él, abrazándolo.

—Ahora no pasara nada de ello. Te cuido.

—y si... Realmente me estás secuestrando... En una playa de estacionamiento —Bromeo

—Puede decirse que vas a padecer de... el síndrome de Estocolmo.

—¿Que es eso? —Se confundió.

—Cuando, la persona a la cual secuestran, se enamora de su secuestrador. 

—¿Cómo estás tan seguro de que, eso pasaría? —Elevo una ceja.

Naruto se asustó al darse cuenta que era acorralado contra un auto, y apresado por los labios del mayor. Un cosquilleo recorrió su estómago, pidiendo más de aquel beso tan suave. Pero, para su desgracia Sasuke lo corto.

—Ese sonrojo, más tus ojos cristalinos pidiendo más... Es una clara prueba. —Rio.

En ese momento, la alarma del auto en el cual estaban apoyados comenzó a sonar haciendo un gran eco en todas las paredes del estacionamiento.

Naruto tomo la mano de Sasuke y comenzó a correr mientras un ataque de risa se apoderaba de el. Sasuke no entendía muy bien, pero no dudó en seguirlo, mientras poco a poco su risa se contagiaba hasta el punto de que ambos reían sin parar.

Llegaron exhaustos. Tirándose en la cama de Sasuke. Y lo último que vieron tras dormirse, fue el rostro del otro. No podían sentirse más completos y llenos de felicidad.

Después de tanto tiempo, por fin podían encontrar la felicidad, era algo que no tenía precio. Sentían que uno era para el otro y así se querían quedar para siempre