Cap.27- Siempre te están vigilando.

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Subí a mi cuarto después de cenar, todos se quedaron en la sala hablando y pasando el rato como solía ser.
Ya habían pasado varias semanas desde que estaban aquí y yo hacia todo lo posible para no hablar con ellos. Algunas noches me quedaba en la casa de Malia, o en la de cualquier chico sin demasiada importancia, hasta llegué a quedarme en casa de Scott, todo por alejarme de ellos.

Una vez lista me acosté en mi cama y cerré los párpados esperando dormirme pero no podia dejar de pensar en estas últimas semanas, me sentía sola, algo había olvidado y aún no lo podía recordar.

-¿Puedes verlo?-

Una voz desconocida se escuchó en mi habitación, me incorporé asustada comencé a escuchar como si un tren pasara por mi habitación, las luces del tren eran tan intensas que no me dejaban ver, hasta que la puerta de mi cuarto se abrió y todo cesó.

-Lydia ¡¿Qué pasa?!- Dijo Natalie que había abierto la puerta.

-¿Qué pasó?- Dijo Dimitri acercándose junto a los demás.

-¿Escuchaste eso?- Pregunté agitada mirando a Natalie e ignorando a los demás.

-Te escuché gritando.

-No- Respiré profundo. -Oí un tren pasando por mi habitación.

-Olvidenlo- Dijo Christian sin darle importancia. -La perdimos, ya enloqueció- Dijo esto último y salió de mi habitación junto con los demás excepto Lissa, Dimitri, Janine y obviamente Natalie.

-Cariño fue una pesadilla.

-No, no es eso, no fue una...- Negué agachando la mirada.

-Bueno... no hay un tren y no fue un terremoto así que probablemente fue una pesadilla- Dijo esto último y salió de mi habitación junto con Dimitri y Janine.

-Pero no estaba dormida- Dije más para mi misma pero olvide que alguien aún estaba en mi habitación. Lissa me miraba con él ceño fruncido. -¿Necesitas algo?

-Rose- Suspiró. -No podemos...-

-Mañana tengo clases, no tengo tiempo para esto, vete y cierra la puerta- Dije volviendo a acostarme. La escuché resoplar y luego la puerta cerrarse.

Entré a la clase de matemática y me senté detrás de Malia, mientras la profesora daba la clase no pude evitar mirar confundida a la persona que estaba a mi lado, era una mujer grande y llevaba un delantal blanco y un estetoscopio que colgaba sobre su cuello.

-Disculpa ¿Quién eres?- Pregunté en un susurro mientras me inclinaba hacia ella. Pero la mujer ni siquiera me miró, solo miraba fijamente al frente. -¿Qué haces en este salón?- Esta vez ella se giró y me miró, luego abrió la boca y el sonido que salió de ella fue el de un tren. Se escuchaba tan fuerte como en mi habitación que tuve que taparme fuertemente los oídos, y miré a mi alrededor, las mismas luces amarillas que aparecieron en mi habitación estaban aquí. Y como en la última vez, de golpe todo termino, el asiento donde estaba sentada la mujer, ahora estaba vacio, todo era completamente normal y nadie lo había notado.

La clase continuó normal, por así decirlo, yo sabia que algo faltaba, no podia dejar de mirar ese asiento vacío sabiendo que alguien debería estar sentado junto a mi, y no esa mujer.

Cuando la clase termino salí del salón aún con la sensación de ausencia y comencé a caminar por los pasillos.

-¡Rose!- Abrí los ojos sorprendida y me giré rápidamente para encontrarme con Jill y con Lissa, Dimitri, Christian, Janine y Eddie.

-¡No me llames Rose!- Susurré una vez cerca. -¿Qué hacen aquí?

-Estabamos pensando en que Jill pueda seguir estudiando- Dijo Lissa.

Eres tan perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora