—P'Arthit... P'Arthit, despierta —susurraba Kongpob al oído de su novio. Éste aún estaba acurrucado a él, así se la había pasado toda la noche—. ¿P'Arthit? —lo movió un poco por el hombro, pero Arthit no hizo más que removerse un poco en la cama.
Kongpob miró el reloj, todavía era temprano. Él ni siquiera se había ido a alistar aún ya que su entrevista de trabajo sería hasta después de mediodía. Depositó un suave beso en la sien de Arthit, quien muy perezosamente abrió los ojos poco a poco.
—¿Qué hora es?
—Siete y cuarto —respondió Kongpob, acariciando la mejilla de su novio para finalmente levantarse.
Entonces, el menor fue al pequeño refrigerador y sacó lo último de la leche de soya que quedaba. Recordó que tendría que ir al supermercado por la tarde después de su entrevista de trabajo, pero no antes de ir a visitar al gatito de ayer. Al mismo tiempo, Arthit se sentó en la cama y frotó su cara para despertar mejor; luego, se levantó para ir a meterse a bañar, dejando a su novio intentando hacer el desayuno en la pequeña cocina.
—No de nuevo... —se lamentó Arthit algunos minutos después, cuando quiso salir de la ducha. Recién se había dado cuenta de que por un despiste no trajo consigo ni su toalla ni su ropa interior.
Muy despacio, abrió la puerta y sacó la cabeza, observando que su novio estaba en la cocina. Éste le daba la espalda, pues estaba ocupado tecleando en su celular una lista sobre las cosas que debía comprar más tarde en el supermercado, entre ellas más leche de soya. Así que Arthit salió sin hacer ningún ruido, su plan estaba perfectamente pensado y sólo debía llegar hasta el armario sin ser descubierto.
Sin embargo, en el momento en que Arthit dio un paso fuera del baño, Kongpob terminó su lista y se giró para poner el último vaso de leche de soya en la mesa, pero casi se le cayó al ver a su novio hacer su camino desde el baño hacia el armario... completamente desnudo.
—P-P'Arthit... —llamó, acercándose a él después de dejar olvidado el vaso sobre la encimera—. Si olvidaste tu toalla pude haberla llevado para ti... —Su tono de voz había cambiado de uno confundido a uno travieso, justo al igual que su mirada.
—Maldita sea —se dijo Arthit, apretando los dientes al ser descubierto. —Ahh... Ehh... Mmmh... Yo... Sólo... —sonreía incómodo. No lograba decir nada coherente.
Al no saber qué más hacer, Arthit abrió la puerta del armario con la intención de esconderse detrás, pero le fue imposible. El armario apenas tenía espacio para su ropa.
—P'Arthit... —decía divertido el menor, recargando su brazo sobre la puerta del armario, acorralando a Arthit entre ésta y su cuerpo—. Tú sabes que puedes salir... Nunca te haría nada... Nada que deje marca —dijo eso último en voz baja.
Con el cuerpo ya temblando, Arthit simplemente giró la cara. Desde atrás, Kongpob besó su hombro, lo que envió un temblor a todo el cuerpo del mayor; después, sintió que unos dientes mordían la piel de allí a la vez que unas manos se posaban en sus caderas. Las yemas de los dedos de Kongpob le hacían cosquillas a Arthit en el vientre.
—Kongpob... —quería sonar autoritario, pero su voz salió en un susurro. Pegó su pecho contra la puerta del armario, e iba a decirle que parara, pero las caricias de su novio eran demasiado para él. Mordió su labio inferior, tratando de controlar su respiración.
El mencionado llevó una mano hacia la espalda baja de Arthit, donde empezó a acariciar hasta apretar ligeramente uno de los glúteos, lo que hizo al mayor sobresaltarse en su lugar. Kongpob rio un poco por ello antes de girar a su pareja y recargar su espalda contra la puerta.
Al sentir la respiración de su novio contra sus labios, Arthit cerró los ojos y acortó el poco espacio que había entre ellos, iniciando un beso lento que acabó como uno muy demandante. Jadeó en la boca de Kongpob cuando éste bajó su mano para comenzar a tocarlo y entonces llevó ambas manos a su cabello para tirar un poco de él.
Arthit sabía que muy probablemente llegaría tarde al trabajo, pero ya no podía ni quería parar lo comenzado.
—P'Arthit... —decía Kongpob minutos después, cuando los besos empezaron a serles insuficientes—. Debo... Debo ir por... Ya sabes —intentó separarse, pero el mayor con sus piernas le tenía apresado fuertemente por la cadera.
—No. Hazlo... No tengo mucho tiempo —jadeó, acomodándose para que Kongpob pudiera introducirse fácilmente. De todos modos, se había preparado un poco en la ducha.
Los minutos pasaron tan rápido que ninguno se dio cuenta cuando las manecillas apuntaron las siete con cincuenta. Las puertas del armario se sacudían al compás de sus movimientos y ambos emitían sonidos de satisfacción total. Nunca lo habían hecho así. Era diferente y era bueno, muy bueno.
Arthit se alejó del beso y con cuidado echó su cabeza hacia atrás, jadeando audiblemente cuando sintió su clímax. Kongpob le siguió momentos después.
—P'Arthit, vas a llegar tarde al trabajo —susurró Kongpob.
El reloj en la pared ya marcaba las ocho en punto.
—Es tu culpa —le empujó Arthit y lentamente se ayudó de su novio para poner los pies de nuevo en el suelo. Se dio la vuelta para buscar su ropa en el armario y una toalla limpia, luego corrió al baño para darse otra ducha rápida. De verdad llegaré muy tarde.
Cuando salió, Kongpob le dio el vaso con leche de soya para que la tomara antes de irse.
—Me voy ahora... ¿Vamos en la tarde a ver al gato? —preguntó Arthit, tomando su maletín que usaba para el trabajo.
—Yo estaré libre para las tres, ¿saldrás temprano del trabajo, P'Arthit? Es sábado —Si no estaba haciendo mal las cuentas, su entrevista de trabajo no demoraría mucho y el trayecto no sería tan largo para llegar a la clínica veterinaria de la noche pasada. —Y después de allí podríamos ir al supermercado, si es que no estás muy cansado.
Kongpob no se había dado cuenta de lo domésticas que sonaban sus palabras.
—No lo sé... ¿Te parece que te llame en un rato? Sino llegaré más tarde —dijo apresurado y le dio un beso rápido en la mejilla—. Espero que te vaya muy bien en la entrevista.
Arthit estuvo a punto de salir por la puerta, pero Kongpob le detuvo al tomarle por el codo.
—Por favor concéntrate en tu trabajo, P'Arthit, Los que trabajan duro serán recompensados —Entonces bajó su mano y de manera juguetona apretó el trasero de Arthit. Se apresuró a encerrarse en el baño antes de que éste pudiera reclamarle.
Pero Arthit simplemente suspiró y con las mejillas sonrojadas salió camino a su trabajo. Ya no podía ni quería perder más tiempo regañando a Kongpob ese día.
*
Y:Uuyy... Ya empieza lo puerko? 7u7r
S: Ufff, sí. 7w7
Y:No saben la profunda envidia que le tengo a Kong de que pueda tocar el cuerpecito de Arthit. ^^
S: Y yo la envidia que le tengo a Arthit porque él puede tocar el cuerpo de Kong...
Y: Creen que en SOTUS, en la escena donde Kong le pasa la toalla, si Arthit no hubiera cerrado, habría pasado algo más?🤣🤣 Amé esa escena! Y tenía que repetirla, pero con un final feliz 🌚
S: Y vaya final feliz que tuvieron. Ese lemon (censurado aquí, obvs y sorry) es de mis favoritos... Está en mi top diez(?).
PD: ¡De verdad no puedo creer que Yael y yo hayamos roleado eso hace exactamente un año, el 3 de abril de 2018! :O ! Me encanta cómo coinciden las fechas, ah. Para que vean. ;)
PD 2: Ah, y antes de que me reclamen porque hasta ahora he censurado bastante las escenas sabrosas, pues a ver si después no se quejan porque en capítulos más adelante hay algunas que son muy explícitas. :v Sorry not sorry.
PD 3: Eso es todo por hoy. Mañana publico la segunda parte del capítulo. :D
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I. Sintonía
FanfictionHan pasado casi cuatro años desde que Kongpob y Arthit empezaron a salir. Durante ese tiempo, han tenido que enfrentarse a muchos obstáculos, pero el destino aún tiene más planes para ellos. - Primera parte de la serie Escala Danjon, libros basados...