Capítulo 17

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Kongpob despertó descubriendo que, al igual que él, Arthit se había destapado el cuerpo casi por completo, pues era una mañana calurosa. Le apartó el cabello de la frente para apreciar mejor su rostro y terminar trazando sus rasgos delicadamente con el dorso de su mano. Podría quedarse todo el día junto a él antes de decidir despertarlo, pero justo en ese momento Arthit se removió entre las cobijas, pensando en que definitivamente quería una gran y cómoda cama en su nueva casa.

—Buenos días —murmuró Kongpob, tocando con las yemas de los dedos el estómago al descubierto de su pareja.

Aunque estaba demasiado cómodo como para levantarse todavía, Arthit abrió los ojos poco a poco, encontrándose con la sonrisa amplia de su novio.

—Uhmm, ¿es muy tarde?

El menor negó con la cabeza, eran sólo un par de horas después de cuando acostumbraba a despertar a Arthit.

—¿Cómo te sientes? —seguía trazando círculos en su estómago. Tocó una de las marcas rojas que había hecho con su boca la noche pasada.

—Algo adolorido del cuello, creo que estuve mucho tiempo en una sola posición.

Kongpob llevó sus manos al cabello de su pareja para acariciarlo y de allí bajo a la nuca y cuello con el propósito de darle un leve masaje y así mitigar su dolor.

—Ahora imagina si hubiéramos llegado más lejos anoche... —rio, ganándose un golpe en el hombro por parte de su mayor.

—¡Kongpob! —gritó Arthit, dándole otro suave golpe.

El susodicho se alejó un poco mientras reía, pero luego intentó volver a abrazarlo.

—¿Quieres desayunar fuera?

—Sólo dame 10 minutos más... —Dicho eso, Arthit se giró trayendo a su novio con él, quien feliz aceptó ser abrazado.

Con algo de trabajo ya que estaba atrapado en el apretado abrazo de su novio, Kongpob alcanzó su teléfono y tomó varias fotos de él mismo estando atrapado entre los brazos de Arthit. Así se le fueron diez minutos, quince y hasta veinte tomando fotos de aquella situación hasta que dejó su celular a un lado y tocó los costados del mayor para despertarlo de nuevo.

Arthit iba a pedirle más tiempo de nuevo, pero el sonido de su teléfono hizo que se despertara definitivamente. Lo tomó para revisarlo.

Que tengas buen día, precioso. 💕

Kongpob apretó sus labios cuando presenció que el semblante tranquilo de su novio se alteraba un poco cuando vio su celular y supuso que sería otro de esos mensajes que Arthit había estado recibiendo desde hace algún tiempo. Usó su mano para cubrir la pantalla y bajar el aparato para que Arthit dejara de ver la foto, luego se acercó a él para robarle un beso y hacerle olvidar lo que fuera que le habían enviado.

A Arthit de verdad que no le gustaba ver a otros hombres así. No había ninguna reacción en él, sólo incomodidad. Nada nunca despertaría en él lo mismo que le provocaba el cuerpo de su novio al que se sujetó firme para devolverle el beso. Sintió que le tomaban por la barbilla para darle un último beso, el cual sintió cargado de afecto.

—Debemos levantarnos. Te invito a desayunar algo... Y podrás tomar un vaso leche rosa —propuso Kongpob contra sus labios, intentando mejorar el humor de Arthit.

El mayor no dijo nada contra eso, así que se levantó y se cambió para salir con Kongpob y obtener su tan preciada leche rosa. Estaba emocionado, porque además tenía una pequeña sorpresa para su novio.

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—Kongpob... ¿Puedes detenerte en ese puesto de allí? —preguntó Arthit a su novio mientras éste conducía el auto rumbo a un restaurante en el cual pudieran desayunar.

I. SintoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora