Capítulo 11

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A la mañana siguiente, Arthit estaba bastante cansado mientras caminaban por la calle, así que somnoliento colocó su cabeza en el hombro de su novio.

Luego de caminar un par de calles más, llegaron a un restaurante, el cual era similar a los otros a los que habían ido, pero esta vez un poco más concurrido. Les indicaron una de las mesas al fondo, que era de los únicos lugares disponibles.

—Amor... —murmuró Kongpob, pasándole un brazo por la cintura a su novio para guiarlo por el lugar. Le tocó el rostro para espabilarlo un poco mientras los demás tomaban sus lugares en la mesa.

El mayor puso cara de niño recién despertado. Sentía que se dormiría en cualquier momento.

Cuando todos se sentaron en la mesa, de inmediato les entregaron la carta y les tomaron la orden para sus bebidas. Kongpob se adelantó a Arthit y le pidió una leche rosa y un té helado para él.

—¿No durmieron bien anoche? Se ven algo cansados —dijo Yong, luego de mirar a la joven pareja durante unos segundos.

Kongpob dejó la carta sobre la mesa y le echó un vistazo a su pareja, quien se estaba volviendo a quedar dormido con la carta entre sus manos.

—Uhmm, no exactamente... —respondió en un susurro.

—¡Ya vengo! —anunció Cherry en un tono tal vez demasiado alto, el cual sobresaltó a Arthit e hizo que se frotara la cara para espabilarse—. Iré un momento al baño, ¡no se vayan de aquí!

Los demás lo vieron alejarse de la mesa hasta perderse detrás de una pared. Se quedaron en silencio por algunos momentos mientras seguían revisando su menú, y tan pronto como trajeron sus bebidas, Arthit le dio rápidamente un trago a su leche rosa para que el azúcar le ayudara a despertarse otro poco. Y si con eso no había sido suficiente, el grito agudo de Cherry sí lo hizo.

—¡P'Yoooong!

Dando muchos brincos, Cherry volvía por donde se había ido. Una gran sonrisa estaba dibujada en su rostro cuando llegó de nuevo con ellos a la mesa. Parecía muy emocionado para ser alguien que volvía del baño.

—¿Qué sucede, Cherry? —Yong se había girado cuando escuchó que lo llamaban, posando su mirada en su colega.

A todos les llamó la atención una segunda figura que algo tímida salía de su escondite detrás del emocionado Cherry. El rostro familiar de Nai les saludó con una sonrisa antes de juntar sus manos para saludar a los demás.

Había dado la casualidad de que Nai se estaba quedando de vacaciones en la isla justo al mismo tiempo que ellos. Según él, había venido con unos amigos de la universidad, quienes dado a que era muy de mañana, seguían durmiendo para recuperarse de la alocada fiesta de la noche anterior. A diferencia de ellos, Nai se decía encontrarse perfectamente y había salido a comer algo, dando la "casualidad" de estar ahora en el mismo restaurante que sus antiguos compañeros de trabajo.

Unas horas más tarde y dejando olvidados a sus amigos, Nai se unió a ellos en todas sus actividades y no hacía falta decir que Yong estuvo encantado con eso. Mientras ambos estaban ocupados llenando unas pistolas de agua, Cherry sólo los veía desde lejos, sin poder pasar desapercibida la sonrisa presente en el rostro de Yong mientras hablaba. Ya había pasado algo de tiempo desde que la vio por última vez, así que le daba gusto volver a verla en el rostro de Yong.

Por otro lado, Kongpob se había dado cuenta de que ejercitarse con frecuencia no sólo le había hecho ganar masa muscular (lo cual a su vez beneficiaba enormemente su vida sexual con su pareja, pues había notado que a Arthit le gustaba tocar sus músculos mientras intimaban), sino que también le permitía correr más distancia sin cansarse demasiado pronto. Esto a diferencia de Arthit, quien la mayoría de su tiempo se la pasaba en una oficina y cuya condición física iba en decadencia.

I. SintoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora