Ruby || Katsuki Bakugō X Reader || BNHA

💥031💥

"Tears"

Narradora P.O.V

— ¿Creen que este bien? — Pregunto Jack preocupado por su hermana.

Detrás de la puerta de (T/N) se escucho un fuerte rugido que hizo sacudir toda la casa obligando a los hermanos a sostenerse de algo para no caerse. Tras terminar la sacudida todos volvieron a juntarse para seguir hablando. 

— ¿Tu crees que ese ruido signifique que esta bien? — Le dijo Adam sarcástico y Jack solo nego. 

— ¿Hermana? — Zack toco la puerta de su hermana con timidez. 

— ¡Vallanse, no quiero ver a nadie! — Les grito desde adentro con una voz algo distorsionada dando a entender que estaba convirtiendose en un dragón poco a poco. 

— No puede quedarse ahí para siempre en algún momento saldra y hasta que salga nosotros nos quedaremos aqui — Dijo Alan decido sentandose enfrente de la puerta de su hermana y los otros hermanos hicieron lo mismo.

La señora Kurosaki subía las escaleras sin muchos animos al ver como su hija entraba llorando a la mansión, iba de camino a ver como se encontraba y tratar de calmarla un poco ya que sabia que su quirk se regia por sus emociones: si eran muy fuertes habían mas probabilidades de que se convirtiera en un dragón. Esto lo había aprendido cuando ella enfureció tanto de pequeña que rompió el primer piso con su transformación y desde entonces trataba de controlar sus emociones lo mas que podía pero había casos en los que simplemente no podía. 

Al llegar vio a sus hijos sentados en circulo frente a la puerta de su hermana mayor así que se acerco a ellos.

— Chicos — Los llamo y todos voltearon a verla — ¿Por que no mejor van a jugar al salon de juegos? — Les propuso y todos negaron.

— Queremos ver como esta nuestra hermana — Dijo Adam. 

— Queremos verla bien — Dijo Jack con una mirada triste.

La madre de los pequeños de mordió el labio sin saber que hacer, suspiro y se agacho para estar a la altura de su hijos. 

— Yo hablare con ella y veran que estará mejor, ustedes vayan a jugar ¿si? — Les dijo y Zack se levanto para estar frente a su madre. 

— ¿Lo prometes? — Le dijo el niño. 

— Lo prometo. 

— ¿Por tu garrita? — Esta vez el pequeño alzo el dedo meñique de su mano derecha. 

— Por mi garrita — Su madre entrelazó su dedo meñique con el de su pequeño para después levantarse. — Ahora vayan a jugar, yo hablare con ella pequeños —. Los niños asintieron, se levantaron y se fueron rumbo al salon de juegos.

La señora Kurosaki suspiro, tomo el pomo de la puerta y la abrió dejando ver una enorme cola junto a unos enormes cuernos sobresaliendo desde la oscuridad del cuarto.