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De nuevo se encontraba en esa habitación donde tantas noches pasó. Las sábanas tenían el característico y fresco aroma a menta del pelinegro, incluso el pijama que le prestó era de lo más agradable, a pesar de que le quedaba algo grande, pero aún así, Jimin se sentía feliz y tranquilo, pues hacía mucho que no tenía esa sensación de bienestar junto al mayor. ¿Cómo pudo engañarle? ¿En qué momento pensó que cometer ese error era buena idea? No tenía ni idea, y quizá esos pensamientos solo pasasen por su cabeza debido a la reciente pelea con Jungkook, que por cierto, no paraba de llamar y dejar mensajes, claro que el rubio no cedería.
En ese momento, mientras que el peliazul divagaba en sus pensamientos, escuchó como llamaban a la puerta, supuso que era Yoongi, así que se reincorporó y aclaró un poco su voz.

-Adelante.

Nada más escuchar esa respuesta, el mayor entró y le dio una sonrisa al cantante, pero para sorpresa de este, Yoongi se encontraba sin camiseta, simplemente con su pantalón de pijama, lo cual hizo sonrojar fuertemente a Jimin.

-¿O-Ocurre algo...? -Preguntó con nerviosismo siendo incapaz de mirar el bien formado cuerpo del mayor.

-No, simplemente quería preguntarte si necesitas algo y a desearte buenas noches. De todas formas, si necesitas algo, solo cógelo, esta es tu casa.

-Tranquilo... Estoy... Estoy bien... Buenas noches y... Gracias por todo...

El rapero sonrió y asintió para luego salir de la habitación y cerrar la puerta de nuevo, por su parte, el peliazul se tiró en la cama resoplando y mirando al techo sintiendo su corazón latir desenfrenadamente. No comprendía por qué se sentía de tal manera, pues juró no volver a caer, pero al parecer, algo le atraía, algo hacía que Min Yoongi siempre estuviese en su cabeza, y por otro lado, estaba Jungkook... ¿Cómo hablaría con él? ¿Cómo le miraría? No huiría, eso estaba claro, no era el mismo chico cobarde de hace dos años atrás...

Y así pasaron las horas, sin poder dormir, pensando en el rapero y el castaño, era de madrugada y Jimin decidió dar un paseo nocturno por la casa con cuidado de no hacer ruido puesto que no quería despertar a Yoongi.
No podía creer que de nuevo se pasease por esos amplios pasillos como si de su propia casa se tratase, no podía negar que se sentía protegido estando ahí, y todos los recuerdos inundaban su mente...
Sin que lo esperase, un suspiro escapó de sus labios y ya se encontraba frente a la puerta del estudio de su expareja...
Jimin era educado, y no quería meterse en asuntos ajenos, pero decidió entrar comprobando lo meticulosamente ordenado que estaba todo y como la tenue luz de la luna alumbraba la habitación.
Lentamente, se acercó al piano acariciando la tapa con sus dedos y poco a poco se sentó en la pequeña, pero cómoda banqueta. Levantó la reluciente tapa y se encontró con las teclas.
Quería tocar alguna melodía, pues había aprendido a manejar ese instrumento, pero esa consciente de que el mayor descansaba en la habitación de al lado, así que se limitó a acariciar las teclas con sus dedos imaginando una dulce y lenta melodía en su cabeza, imaginando como sería estar con Yoongi en un escenario... Sacando por fin a la luz la canción que volvió a unirlos...
Entonces, el joven Jimin salió de sus pensamientos observando de reojo una sombra en el suelo y lentamente, fue levantando la mirada para toparse con el dueño de aquella sombra...

Sex Contract 2 • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora