26.

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A quien le suene los apellidos que aparecerán en este cap se merece un premio XD jajajaajaja




Durante los días que pasaron, sin ser consciente plenamente de ellos, había estado pensando. Pensando y recordando. Más que todo recordando.

Recordando los buenos momentos. Los felices y agradables momentos que había tenido en su momento con su familia, sus amigos y... Grayson.

Quizás había sido demasiado ingenuo, se dijo en su momento. Quizás, nunca había llegado a entender por completo al alfa con el que a pesar de que había dejado de compartir un lazo que creía que nunca se rompería, había algo más que lo unía, y los seguiría uniendo de por vida.

Quizás, si hubiese visto más de lo que era capaz. Quizás, si hubiese salido de la burbuja cuando había tenido la oportunidad... Quizás... todo no hubiese resultado un desastre, como lo hizo. Quizás si no hubiese dejado de decir cuanto quería a Grayson, si no hubiese dejado de hablar con él... si lo hubiese amado como en su tiempo, creía que se merecía.

Quizás todo lo que le había sucedido... Quizás, no había sido enteramente culpa de Grayson. Quizás y solo quizás... si no hubiese hecho oídos sordos y lo hubiese escuchado. Quizás, si por el dolor y la desesperanza... no se hubiese ocultado en la sombra de la ignorancia y... falsedad.

Quizás... le era más fácil culpar a otro que... a él mismo.

Era verdad que tanto Grayson como los demás no habían tenido derecho alguno de cómo terminó todo, con él internado en el hospital y los demás libres sin culpa alguna. Pero todo no había sido culpa del alfa. No. Ni tampoco todo había sido su culpa.

Quizás, en general, todo había sido culpa de la sociedad sucia, deshonesta y asquerosa en la que vivían, donde si no se nacía alfa, eras uno más del montón y si nacías omega, solo se estaba destinado a ser una maldita incubadora.

Y con los recuerdos que había borrado con todas sus fuerzas, a flote en su mente, lloró. Lloró por haber sido tan ciego. Tan imbécil. Tan débil. Tan... ingenuo.

Todos en el mundo eran conscientes de lo que era capaz de hacer la "voz" de un alfa y más aún, si se trataba de un alfa que se encontraba por encima de los demás. Aquellos que pertenecían a la élite. Quienes gobernaban por encima de todos. Quienes se creían que tenían el mundo en sus manos.

Lloró por lo ignorante y lo influenciable que había podido llegar a ser. Lloró por haber culpado a alguien durante tanto tiempo y que no se lo merecía. Lloró de la frustración, del odio y... de no haber visto, que, a pesar de los errores, algunos aprendían, aceptaban y seguían adelante, aun si significaba dejar atrás a personas que habían sido importantes, a seres queridos o simplemente, a alguien que habían apreciado. Aceptaban el odio, la tristeza, la felicidad y todo del otro.

Cuando la puerta de su habitación se abrió, dejando a la vista al alfa que lo había estado cuidando durante todo el tiempo que había pasado postrado en la cama, el mismo se sentó en la cama, viendo ciertamente la sorpresa en los ojos de Ezra.

–¿Cómo te encuentras? –le preguntó entonces el alfa y se acercó lenta y cuidadosamente hacia él, sentándose en el borde de la cama sin dejar de mirarlo y como muchas otras veces, con una sopa hecha por él mismo, a la cual ya se había acostumbrado.

Oliver asintió, ciertamente incapaz de encontrar su propia voz luego del tiempo que había pasado sin hablar y aceptó la bandeja que el alfa le colocó por sobre las piernas, con el almuerzo de aquel día.

Un amor entre rosas y espinas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora