Un amor entre rosas y espinas [TERMINADA]

43.

Nuevo cap luego de un tiempo n.n je

Es que he estado con un trabajo pendiente que tenía de la Uni y estudiando las últimas materias para así ya terminarla O.O al fin!! 

Pero bueno, en fin, espero disfruten del cap y comenten y voten como siempre n.n

Intentaré traer el siguiente en poco tiempo!

Tenía miedo. Demasiado. El hecho de ver cómo Ezra se desplomaba por la herida que le habían infligido y no saber dónde se encontraba, encerrado en lo que parecía ser una celda, con tan solo una puerta metálica que lo separaba de un largo pasillo que había logrado ver, lo ponía nervioso y con un miedo incontrolable. Tanto que incluso sus feromonas desprendían el miedo que estaba sintiendo y cubrían por completo aquella prisión en la que lo habían metido.

Y su miedo aumentó cuando escuchó pasos acercándose, para luego ver a dos mastodontes -claramente alfas -que ingresaban escoltando a una tercera persona, algo más mayor, menos robusta, alta y grandota, pero lo suficiente como para seguir transmitiendole el miedo que sentía en cada poro de su piel.

Los alfas grandotes se quedaron a cada lado de la puerta de ingreso, mientras que el alfa menos fornido, enfundado en un traje que le quedaba pintado, se acercó a él, lo que provocó en Oliver una reacción inmediata y se arrastró hasta que la pared se lo impidió y donde se agazapó y escondió su cabeza entre sus piernas, evitando ver al alfa que había ingresado.

-Barin no se ha equivocado cuando a dicho que el omega era ciertamente atractivo -comentó entonces el hombre que frenó frente a él, dejando en claro la diferencia que había entre ellos.

Oliver sintió las feromonas de aquel alfa en el aire y se sintió ahogado por ellas.

El alfa se colocó de cuclillas y lo obligó a levantar el rostro, tomándolo del mentón y mirándolo a los ojos.

-Me harás sacar un muy buen dinero y no diré esa chiquilla.

Oliver abrió los ojos de par en par aterrorizado. ¿Chiquilla? No, no podía ser cierto.

-Veo que aun recuerdas que has tenido una hija -rio seco el alfa, y algo en él le resultó sumamente familiar -La colocaremos en la misma subasta en la que estarás, como la mercancía estrella ¿qué te parece?

-N...No -logró balbucear, pues las feromonas del alfa lo estaban comenzando a marear y provocarle un dolor de cabeza intenso.

El agarre en su mentón fue más fuerte entonces.

-¿No? -cuestionó con una risa seca que dejó en claro que no le gustó para nada su contestación -¿En verdad crees que te encuentras en situación de decir esas palabras? Alégrate por ser bonito e incluso poder venderte. Hay muy pocos alfas que aceptan omegas que ya incluso han tenido cachorros. Por suerte aún no has sido marcado y eso te da cierto valor aún -escupió y lo soltó con fuerza, casi provocando que su cabeza chocara contra en suelo, si no se hubiese apoyado en sus manos.

Oliver comenzó a llorar desconsolado. No había nadie que pudiera salvarlo de aquel lugar. Nadie podía salvarlo a tiempo y menos con aquellas personas que lo habían agarrado y... su hija. No podía permitir que su hija corriera el mismo destino que él. No se lo perdonaría aun si no la había querido aceptar.

-Llévenlo a que lo arreglen y... -comenzó a decir al alfa a los otros dos mastodontes, hasta que las manos de Oliver se encerraron en uno de sus tobillos.

-Por favor -susurró sin dejar de llorar y con esfuerzo levantó la cabeza -No ella - suplicó, pero el alfa solo formó en su rostro una mueca de desagrado y con fuerza, con su pie libre, lo golpeó con fuerza en el estómago, lo que hizo que lo soltara y se llevara las manos a la zona herida.