31.

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Nuevo capitulo que espero disfruten, comenten y voten n.n




Cuando abrió los ojos nuevamente, la oscuridad lo recibió, más no se asustó, pues la luz que se colaba por debajo de la rendija de la puerta, le dejó claro que no se encontraba en plena oscuridad. Algo que odiaba y ciertamente, le daba miedo.

Se incorporó entonces en la cama y con algo de esfuerzo, sintiendo su cuerpo algo pesado, se estiró para alcanzar la mesa de luz, donde se encontraba la luz para prender, lo cual hizo.

Fue entonces que segundos después, la puerta de su habitación se abrió, dejando a la vista al alfa.

–¿Sucede algo? –le preguntó con cierta preocupación y dejando la puerta abierta, se acercó al menor, quien más allá de saber que Ezra no le haría nada, reaccionó a sus feromonas y se encogió sobre sí mismo.

Ezra lo notó, por lo que se detuvo y lo miró con cierta tristeza.

–Lo... Lo sien...

–No tienes que disculparte –le cortó Ezra frustrado y se llevó una de sus manos a su rostro, para luego llevarla hacia sus cabellos, tirándolos hacia atrás –He tenido un arduo día y me he enfadado. Siento que mis feromonas te molesten.

Oliver entonces negó con energía y se acomodó en la cama.

–No me molestan –le dijo sin pensarlo y al entender sus palabras sintió que sus mejillas se enrojecían, lo que provocó que una leve sonrisa se formara en los labios de Ezra.

–Tu cuerpo no está muy de acuerdo con ello –le contestó entonces y Oliver se mordió el labio inferior.

–Es... Es que... no estoy acostumbrado.

–Lo sé –suspiró –He preparado la comida hace unos minutos, pero como estabas dormido no quise molestarte ¿Quiénes comer ya que despertaste?

Oliver lo miró entonces, viendo claramente le cansancio en los ojos del alfa. También su ropa algo desprolija y desarreglada dejaba en claro que Ezra no había tenido un buen día.

–Voy... Voy al baño y... voy –le contestó tomando con algo de vergüenza las sabanas que lo cubrían.

–Si quieres te traigo la comida aquí –le dijo entonces Ezra –Así no haces esfuerzos y...

Oliver negó.

–Voy –le contestó simplemente esperando que Ezra se fuera para poder levantarse e ir al baño que se encontraba en la habitación.

–Vale, prepararé la mesa –le contestó con cansancio y se fue, dejando la puerta semiabierta.

Oliver entonces se levantó con cierto esfuerzo y llegó hasta el baño, donde se aseó un poco y aunque el aspecto demacrado, cansado y desarreglado que le devolvió el espejo no fue el mejor, intentó arreglarse lo mejor posible antes de salir con el pijama puesto y encontrar, una vez salió, la mesa ya colocada, con un estofado recalentado.

Se le iluminaron los ojos al sentir el exquisito olor que tenía la comida y sin esperarlo se sentó en la mesa, donde Ezra ya se encontraba.

El televisor estaba prendido con las noticias de la madrugada ya, sin molestarle, pero llamándole la atención.

–¿Tu no has cenado? –le preguntó entonces y Ezra que estaba sirviendo la comida, negó.

–No tuve hambre cuando hice la comida la verdad –le contestó y Oliver ladeó la cabeza.

Un amor entre rosas y espinas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora