Un amor entre rosas y espinas [TERMINADA]

10.

Tenía pensado subir dos caps, pero como no he tenido tiempo con la salida de hoy y estoy muerta, os dejo este que espero disfruten y comenten n.n

Muchas gracias tambien por todos los comentarios del cap anterior!!! En verdad lo aprecio mucho aun si no he contestado a todos (porque no he tenido tiempo) los he leído y en verdad que me han encantado n.n

Sin nada más que decir, espero que disfruten del cap!!!!

P.D: Como mañana cuento con tiempo voy a poder contestar todos los comentarios que dejen aquí y tambien los del cap anterior :)

Comprar el diario en la esquina no había sido difícil, lo difícil, como siempre, había sido tener que esquivar a los asquerosos alfas que vivían en el edificio y cada mañana parecían esperarlo para acosarlo y toquetearlo. Estaba cansado de ello, pero no tenía de otra mientras no se sobrepasaran, lo cual estaba más que seguro, no sucedería nunca.

Cuando llegó a su piso y por fin pudo resguardarse en su privacidad se preparó el desayuno con cierto esfuerzo porque le dolía mucho el brazo que le habían lastimado y se sentó, ojeando el diario y de paso también viendo que nuevo empleo podría obtener, pues claramente del otro ya lo habían despedido por mail.

Todos pedían experiencia, la cual tenía, pero muchos de ellos remarcaban en letras mayúsculas que excluían omegas.

–Como si no lo supiera ya –bufó cuando solo consiguió marcar uno de los trabajos que habían salido.

Se dejó caer hacia atrás en la silla de la pequeña mesa que tenía en el monoambiente y miró atentamente el techo que parecía que en poco lo tendría sobre su cabeza.

Fue entonces que llevó su mirada a la tarjeta que había dejado apoyada sobre la mesa de la pequeña cocina. Se había prometido no llamar al alfa, más que todo por su propio bien y porque no quería ser el causante de una ruptura por parte de la pareja, pero la verdad era que si no conseguía un trabajo pronto estaría en grabes problemas.

Y con ello llevó su mirada a la fotografía que descansaba a su lado, en un marco de madera gastado y viejo, donde se veía a tres personas sonrientes y alegres. Sus padres y él, hacía mucho tiempo ya. Se preguntó entonces qué estaría haciendo su padre, recordando que había decidido dejarlo atrás y olvidarse de su existencia, aun si le costaba día con día.

–Si tan solo estuvieras conmigo, mamá –susurró sonriendo dolido y sin poder dejar caer una pequeña lágrima de tan solo recordar a su madre que había fallecido hacía cinco años atrás, donde también había ido su padre, pero que no había sufrido grabes heridas.

El timbre de su piso sonó y lo sacó de los recuerdos que aun, a pesar del tiempo que había transcurrido, dolían. Se levantó entonces para abrir su puerta y encontrarse con Colin del otro lado, con una bolsa en una de sus manos.

–¿Y eso? –le preguntó levantando una de sus castañas cejas y mirando a su amigo.

Colin pasó por su lado y entró, por lo que Oliver cerró la puerta.

–He traído algunos alimentos –le contestó ciertamente molesto.

–¿Sucede algo? –le preguntó y Colin dejó de ordenar las cosas que había en la bolsa en sus respectivos lugares, algo que no sorprendía en lo absoluto a Oliver, pues era algo ya común que su amigo pasara por su piso y le dejara algunos alimentos dado que sabía de la gran deuda que tenía encima.