25.

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Nuevo cap, que espero disfruten y no me tiren con algo XD jajajaja




No sabía cuanto tiempo se había pasado debajo de las sábanas, con los ojos fijos en un punto que ni siquiera le interesaba y sin mover siquiera un músculo. Tampoco sabía quien se encontraba en su departamento, como tampoco le importaba que fuera quien fuera, no se tomaría siquiera el trabajo de salir de debajo de aquellas cobijas para averiguarlo. Lo mejor era quedarse allí debajo eternamente ¿Se podía acaso? No lo sabía, pero estaba dispuesto a averiguarlo, pues no estaba dispuesto a pasar otra vez por aquello otra vez. No, no lo haría. No se encontraría nunca más con Grayson y mucho menos con Ezra. No quería a ninguno de los alfas cerca siquiera de su espacio personal y más allá. No lo quería. Aunque sabía que lo más certero era que Ezra no lo quisiera ver siquiera en pintura y Grayson no volvería a acosarlo porque después de todo, lo había prometido. Aun así, tantas promesas le había hecho Grayson que ya dudaba que fuera a cumplirla. Ninguna de las otras las había respetado.

Sentía un gran nudo en su garganta de tan solo penar en ello. En lo que hubiese sido. En lo que hubiera sido de su vida, si todo se hubiese ido por el retrete a penas Grayson cambió. Y dolía, pues, a pesar de todo, Grayson, más allá de todo lo que le había hecho los últimos dos años de preparatoria, había sido una persona que lo había marcado de muchas maneras. Maneras que nunca borraría ni de su alma, ni de su cuerpo. Una de ellas, vivía reflejada en la cicatriz de su vientre.

Los recuerdos comenzaron a reproducirse en su mente y las lágrimas no se hicieron esperar. Y lloró en silencio, recordando lo bueno y lo malo. Lo agradable y desagradable. Lo amable y violento. Lo que podría haber sido perfecto y terminó no siéndolo.

Y dolía. Dolía tanto que incluso sentía que su propio cuerpo no lo soportaría.


***


Una llamada entrante de un número desconocido llegó a su celular y aun dudando, decidió atender.

–¿Diga? –habló, esperando que del otro lado de la línea le contestaran.

–¿Ez? –le preguntó una voz sumamente conocida del otro lado y Ezra no tuvo mejor idea que rodar los ojos.

–¿Qué quieres Freya? Estoy ocupado ciertamente ahora y aparte ¿por qué me llamas de un numero desconocido?

–Se me ha roto el celular –le contestó sin mucho rodeo –Necesito que vengas a mi consultorio.

–Te he dicho que estoy ocupado –le contestó mientras apagaba el fuego, donde se estaba calentando agua para hacer un té de hierbas.

–Es sobre el chico que has traído el otro día. Sé que ha sucedido algo en la reunión de hace dos días.

–¿Qué quieres hablar de Oliver?

Freya suspiró del otro lado de la línea.

–Solo te lo puedo decir personalmente Ez y sé que es algo que no debería de contarte ya que estaría violando las políticas y demás, pero si en verdad quieres ayudarlo como supongo que estás haciendo ahora mismo, necesito que vengas y que también hables con alguien.

–¿Con alguien? ¿De qué estás hablando Freya? No tengo tiempo para perder contigo y tus supersticio...

–No son supersticiones, idiota –le gritó –Si te pido que vengas, ven. Necesitamos hablar, ahora –terminó enfatizando en la última palabra.

Un amor entre rosas y espinas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora