cinco

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Ganos creció en un pequeño planeta,del universo cuatro,
donde las clases sociales estaban separados en tres ciudades. La más grande pertenecía a la clase más baja y fue allí donde Ganos creció. Quedó huérfano siendo muy pequeño y desde entonces también demostró sus grandes dotes como guerrero y sobretodo como ladrón. Robar no es bueno y él lo sabia,sin embargo,entre robar y morir de hambre...creo que al menos no se le puede juzgar tan fácilmente.

Fue asaltando las casas y almacenes que adquirió sus hábitos cautelosos y sigilosos,los que más tarde llamarían la atención del dios Quitela,quien lo llamó a su servicio como espía.
Aquella vida le trajo algunos beneficios,pero no los suficientes como para dejar esa paupérrima
ciudad. A Pesar de todo su vida no era tan mala,cuidaba de una banda de niños a los que les enseñaba a "sobrevivir" en medio de toda esa inmundicia. Era querido y respetado por ellos pese a que nunca se involucraba emocionalmente,de hecho los veía más como sus empleados.

Cuando Quitela y su ángel fueron a buscarle para reclutarlo,por supuesto que no se negó y también pidió una recompensa,
claro que sólo le sería entregaría si ganaban el torneo de la fuerza. Partió con ellos entonces,
ignorando que uno de los niños de su banda había oído la conversación y la divulgó por todas partes. Pronto el rumor de que Ganos había sido llamado a formar parte de un grupo de guerreros para salvar al universo se apoderó de la ciudad.

Todos sabemos el resultado del torneo...entonces vamos a lo relevante y eso fue el retorno de
Ganos a su planeta y a su ciudad.
Allí fue recibido como un auténtico héroe cosa que lo descoloco bastante,aun que pronto entendió el motivo y quiso explicar la verdad de los acontecimientos,pero no le dieron la oportunidad de hacerlo.

Ganos era un sujeto tranquilo que no solía buscarse problemas innecesarios y también era muy conocido entre quienes vivian en la zona más pobre de la ciudad, que ya en si era bastante precaria.Que de pronto todos comenzarán a llamarlo héroe le resultó algo problematico,pues sabía que le traería consecuencias.

-¿por qué?-preguntó uno de los Zen oh sama.

-no es correcto interrumpir la historia-le dijo Daishinkan en un tono casi dulce-continúe por favor...

"Acabo de perder la inspiración"
( Pensé Respire profundo y continúe).

La ciudad principal,donde vivía la gente más rica,gobernaba a los otras dos y a los oídos de sus líderes llegó el rumor de un héroe. No exite algo más peligroso para un tirano que el surgimiento de un héroe,pues estos tienen el poder de mover masas y las masas,pueden resultar muy peligrosas.De modo que estos líderes decidieron neutralizar a este supuesto héroe de la forma más diplomática que tenían: "comprarlo".

Para Ganos la oferta de vivir en la ciudad principal sonó bastante atractiva y acepto de inmediato,
pero con el paso de los días los lujos y la buena vida comenzó a resultarle algo incómoda.Un par de semanas después regresó a visitar a los niños y verse de pronto,otra vez en ese paraje gris,sucio y triste fue como un golpe en la cara. Era la primera vez en toda su vida que era conciente de la desigualdad en la que vivía su gente y no le resultó justo.

Una revuelta,esa fue su primera idea,pero la descarto por completo. Él era fuerte,pero lanzar un ataque contra los líderes así nada más,le resultó algo insensato. Pero como espía podía llegar a tener mejores resultados. Se infiltró en esas mansiones y lujosas casas buscando algo que le permitiera evidenciar las malas prácticas de esos sujetos y no se esforzó mucho para lograrlo,entonces sólo tuvo que hacelo público y pronto la presencia del pueblo se hizo presente.

Héroe...el héroe debía encabezar aquella rebelión,el héroe sería el estándarte de batalla contra el tirano opresor y así pronto se armó una guerra que llamó la atención del supremo kaiosama de su universo,quien recurrió a Quitela y este,de muy mala gana,
acudió al lugar con la única intención de destruir todo y librarse del problema,pero al ver a su más eficiente espía liderando todo aquello,decidió averiguar qué sucedía. La presencia del Dios bastó para terminar con el conflicto,pues ver como este se relacionaba con
Ganos sembró el miedo en los corruptos líderes.

Aunque la verdad Quitela no estaba interesado en el asunto así que se retiró sin más.Las cosas después de eso mejoraron un poco para todos en aquel lugar y un buen día,mientras paseaba por lo que fue su hogar vio a uno de esos niños a los que les enseño a saquear y espiar,hacer algo por completo diferente,meterse en una pelea que sostenían otros dos por una pieza de comida.

-que seas más fuerte o que tengas más dinero no quiere decir que tengas derecho a la porción más grande -le dijo el niño de Ganos a uno de los otros -eso es injusto e incorrecto...

-¿asi?¿quien te dijo eso?-inquirió el aludido en tono petulante.

-nadie...Lo aprendí de Ganos,el es mi héroe-dijo y partió aquel bocado en dos partes.

Ganos nunca imagino la enorme influencia que tenía en aquellos niños,quizá de haberse dado cuenta antes no les hubiera enseñado a saquear y espiar.
"Héroe" suena bién...pero se oye mejor cuando es pronunciada por alguien como aquel niño, quien de todo lo que pudo aprender de Ganos,se quedó con lo único que valía la pena y eso fue lo que él,entendió ese día y silenciosamente,como era su costumbre,se retiro.

Fin.

-¡siii!-exclamaron los Zen oh sama-¡Ganos es un héroe!

"No creo que hayan entendido mi historia" pensé "bueno al menos les gusto,creo"

-bien es momento del veredicto-dijo el gran sacerdote.

Ambos se pararon delante de Daishinkan y los tres,al mismo tiempo,dieron su voto. Dos de tres,esta ves al Gran Sacerdote no le gusto mi historia.

-felicidades Salieri,a logrado otra victoria,puede retirarse-me dijo Daishinkan.

Me puse de pie,dejando esa esfera de cristal en el piso,me di la vuelta y me alejé a paso rápido. Zamasu me siguió,era su deber supongo.La verdad es que no sabía a donde iba, todo en ese lugar me parecia igual.Sólo buscaba alejarme de mi audiencia.Habia montado mi espectáculo,recibido mis aplausos y no tenía que hacer más nada ahí. Iba con la vista al piso por eso no lo ví y termine chocando con él. Levante la vista y ahí estaba el Gran Sacerdote, levitando a un metro del suelo.

-¿porque cada vez que termina su relato huye?-me pregunto-¿es que acaso le disgusta la presencia de este secuestrador que la odia y tortura psicológicamente?¿o cree que me quita la oportunidad de ir perder mi tiempo leyendo fanfics?

"Ya me lleva la..." Pensé,pues esas eran las mismas palabras que escribí en ese dibujo que él, había visto hace un rato.

-no yo... Sólo...-balbuceo,pero no dije más,no se me ocurrió que decir.

-Zamasu podrías acercarte-le dijo y él se paro junto a mi-señorita Salieri,podría mirarlo por favor...

Aquello me pareció extraño,pero obedecí.

-mirense de frente si no fuera mucha la molestia-nos dijo y aquello nos incómodo a los dos-ahora señorita Salieri toque a su "asistente" Adelante,con confianza él no le hará nada.

Tal vez no,pero me veía con repulsión y eso era bastante desagradable.La verdad tampoco quería hacerlo,pero Daishinkan insistió. Termine por poner mi mano "respetuosamente" sobre su hombro. Su ropa era sueve y se sentía tibio,sólido;real.

-¿siente algo señorita Salieri?-me
Pregunto el gran sacerdote.

No respondí.

-es real,acéptalo de una vez-me dijo-su relato fue bueno si,pero me decepciona un poco.Creo que pudo hacerlo mejor,no olvide las consecuencias de este juego...

Aparte mi mano de Zamasu,cosa que nos alivio a ambos,y mire a Daishinkan.

-una apuesta...en una apuesta se enfrentan dos individuos que arriesgan algo de igual valor entorno al desenlace de un juego (generalmente)-le dije dando un paso hacia él- yo apuesto mi existencia,cosa que usted decidió arbitrariamente.Asumo entonces que usted, a puesto en riesgo algo similar y quiero saber que es.

-¿cambiara algo si lo sabe?-me pregunto-absolutamente nada. Amenos que usted, quiere apostar algo diferente,pero eso cambiaría las reglas del juego ¿cree que sea conveniente?

Aquellas palabras me confundieron bastante y él pareció notarlo.

-Zamasu...cuídala bien,no sería justo que la señorita Salieri se presente descompuesta ante los Zen oh sama-le dijo en tono de advertencia-dentro de cuatro horas de su mundo iré a buscarla para oír otra de sus historias.

Dicho aquello se fue.Me quedé en silencio,reflexionando respecto a esas palabras,cuando Zamasu me tomo por el brazo y me obligó a avanzar por por el corredor.

Cuentos al Rey De Todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora